miércoles, 24 de agosto de 2011

¿Prestos a la Íra?

Sé que dije que hablaría de loa "derechos" de los animales y temas relacionados, pero ayer me sorprendió otro evento... y me siento movido a hablar de él.

Por si no se enteraron, no sé si ayer o qué día, en un programa de radio en el 98.5 (aun resiento la desaparición de Radioactio... pero bueno, eos no viene al caso) un locutor, conocido como "Ángel Verdugo", hizo comentarios... ¿agresivos?, contra los biciclistas de la Ciudad de México. En consecuencia a tales dichos, cientos (quizá cientos de miles, pues ya es trend en Twitter @ MX) se han sentido ofendidos, muy ofendidos, pero muy ofendidos y se han expresado, con todo tipo de comentarios, sobre la invitación del mentado locutor.

Este evento me pone a pensar en muchas cosas, y la primera que viene a mí es la prestesa para y hacia la agresividad. Por un lado el Sr AV (Ángel Verdugo, pero lo dejaré en AV) se expresa en contra de un hecho que es totalmente cierto: hay gente que anda en bicicleta que no respeta los líneamientos de transito. Lo siento biciclistas, pero eso es cierto; si han manejado un carro, les ha tocado al menos una vez estar a punto de llevarse a alguien en bicicleta por no usar la calle en el sentido apropiado; también es cierto que muchos biciclista no respetan al peatón, ni en calle o en la banqueta. Desde luego, completar su molestía con una agresión y un llamado a la agresión es algo triste; porque aunque se puede usar la agresión para hacer un chiste, tristemente el Sr AV usó la agresión para ser ofensivo... y ahí estuvo su error como persona y comunicador.

Y más allá de lo que se pudiera decir de la salud mental y emocional del Sr AV, incluso su propia concepción del mundo y la ciudad en la que vive, que desde luego esto último se le podría debatir, la siguiente cosa por la cuál sorprenderse es la respuesta de los biciclistas. Estos últimos no sólo no se hicieron esperar en la retroalimentación al locutor, sino no tuvieron límites en calidad de sus respuestas. Sinceramente, son increible (y lea lo como 'in-creible') los comentarios que se han hecho; estoy seguro que no me equivoco cuando digo que la incial agresión Sr AV no sólo ha sido alcanzada, sino rebazada y por mucho.

Entre los comentarios que pude leer en Twitter estaba el de una persona que afirmaba que 'los biciclistas son personas pacíficas por naturaleza'. Pues sí, yo pensaría que después del ejercicio y la satisfacción que se recibe del andar en bicicleta, pues a nadie le quedarían ganas de mentarle la madre de una forma tan amplía y completa al Sr AV... pero, la realidad, es que los biciclistas de verdad han agredido grandemente al comunicador.

De estos hechos recojo algunas cosas. La primera, lo prestos que somos a enojarnos; caray, si el Sr AV falló a aquello que de 'si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada', ¿por qué muchos biciclistas debían hacerlo también?, o sea, ¿una agresión se debe responder con mucho más agresión? Y que se entienda bien, no estoy diciendo que los biciclistas no respondieran al Sr AV, sobretodo después de esa invitación tan abierta al enfrentamiento; sin embargo, las respuestas de la mayoría de los conductores de bici deja mucho que desear. No me deja tranquilo saber que la gente en general está tan disponible y abierta para la agresión; y yo que sepa o me haya enterado, el odio y la agresión jamás han resuelto nada de tal forma que todos queden contestos. Yo hubiera esperado, de aquellos que buscan traer la cultura de la bicicleta a México, un poco más de mesura, darse a respetar y mostrar que el Sr AV es un tanto ignorante, a la vez que aceptaran que también hay biciclistas inconcientes e irrespetuosos.

La segunda cosa que veo relevante sobre el hecho, es los tiempos y calidad con que la discusión se efectuó. En cuestión de horas, en las distintas redes sociales y servicios anexos, se leía, veía y escuchaba a cybernautas (la mayoría de ellos biciclistas, desde luego) protestando. Estoy de acuerdo que Internet y las redes sociales vinieron a darle una voz al público que antes sólo se escucha en los medios de comunicación; pero si antes la queja era que los medios no eran completos y correctos en su información, ¿qué se podría decir de toda la animosidad con que gente que habla en las redes sociales? Y no es que crea que la gente no deba expresarse, no; pero sí creo que la gente debe aprender a expresarse, y no comportarse como una turba violenta, buscando linchar al primero que les desagrada.

De esto último podría decir que, tal como en la vida y en el mundo fuera del cyberespacio, hay gente montonera, gandalla y cobarde; si hacer un llamado a atropellar biciclistas repudía la civilidad, el uso de palabras y expresiones denigrantes también lo es. Dicho en los medios o en la redes sociales, por comunicadores o por el resto de la gente, por automovilistas o biciclistas... sencillamente no habla bien de nuestra sociedad, ni nuestro nivel de educación, cultura, valores o principios.

Todo esto me recordó aquel dicho bíblico que dice "sean prestos para escuchar, pero lentos para actuar". Creo que nuestro equivalente sería: "a palabras necias, oidos sordos", o "el sabio calla cuando estúpido habla"... sea cual se cual sea la filosofía que nos cuadre, el aplicarla en casos como estos haría cambios... cambios importantes, y muy significativos.

lunes, 22 de agosto de 2011

Déjenme Ir

No pregunten por qué, pero creo que mi muerte será violenta. Y aunque no fuese así, creo - también - que dejaré esta vida solo.

En realidad no pienso mucho en eso ni en la muerte; me preocupa más la gente que se quedará tras mí.

En su momento describiré como quiero que se guarde luto por mí. Entre las cosas que no tendré control, son las emociones que mis queridos y cercanos.

De ahí que mencione mi idea de morir violentamente. Si muero en manos de alguien más, por la razón que sea, ya sea en un accidente o porque lo merezca o no, deje lo que deje atrás... No quiero que nadie que me haya conocido, querido o amado, por ningún motivo, se embarque en alguna vendeta personal.

Sin importar a quien se le inpute el crimen, o quien resulte culpable del mismo, no quiero que nadie viva con la maldición de mantener a esa persona en su mente y/o corazón.

La justicia hará lo que sea posible, o lo mejor que se puede. Aparte de esto, no quisiera que mis amigos o familia estuvieran activamente en el asunto, o que se envolvieran emocionalmente con el caso, los sospechosos o culpables. Si hay justicia en mi caso, bien, si no, también.

El encontrar, procesar, enjuiciar y encarcelar al culpable es un asunto de los vivos; lo único que me preocuparía es que ese individuo hiciera daño a alguien más, y por eso debe ser llevado a la justicia.

En lo que tiene que ver conmigo, sólo quiero que me den sus respetos aquellos que se sientan llevados por el amor, la responsabilidad y/o el honor. Lo anterior es lo que se le debe a quien se ha ido; eso, y recordarlo en todo su tiempo vivo, en su esplendor. Una vez en el hoyo, no hay nada que al muerto le pueda afectar. Los "pésame", las condolencias y lo demás son para los vivos, para los que se quedan; lo mismo es con la justicia, que sólo da paz a los vivos.

Si hay alguien que vaya a recordarme, quiero que me recuerde en vida, y no por aquello que me la quitado. Y envolverse activamente en un crimen no le permitirá a ese alguien recordarme como es debido, sino en una situación dolorosa y triste... Una situación que nunca me ha descrito y que nunca me describirá.

Así que, es mi deseo, que dejen a la justicia hacer lo suyo; ni busquen ni odien a nadie por el crimen, sea quien sea. Quiero que todos sigan su vida, y que me recuerden por quien fui en vida.