martes, 27 de mayo de 2008

Entre Aeropuetos Te Veas (En espera del regreso de Can Cun)

Mientras pienso seriamente en comprar un marcador, o una prótesis para marcar o reponer mis extintas sentaderas, pienso en las sabías palabras de Pollo: "diles a estos weyes que te acusen cuando vayan a subirse al avión"... Sí, debí pedir que me avisaran los de la oficina eso, para ser más certero en mi llegada al aeropuerto.

Para este momento, llevo cómo una hora sentado en el piso, en la llegada de los vuelos de viva-la-muerte (quizá ustedes la aerolínea cómo VivaAerobus). "¿Por qué sentado e el piso?", se preguntarán. La razón es sencilla: ¡Porque no hay suficientes asientos en la terminal! Hasta se ve jodida, o cómo si la hubieran saqueado... En fin, me vale madres.

Para este momento han habido dos llegadas. Lo increíble, es que en uno de los vuelos - parece ser de Mérida - venían unos indios de la India. Sinceramente, la terminal c del aeropuerto de Monterrey, por VivaLaMuerte, era el último lugar y aerolínea que hubiera imaginado ver indios... Así de pequeño es el mundo.

Afortunadamente, no pasa mucho tiempo antes de que llegue el vuelo que esperaba... Al fin podré recuperar élho de mis nalgas y salir de esta terminal del horror.


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Sólo Un Enorme Vacío

Hola,

De repente me siento cómo el tipo de aquerla canción, la que decía: "hola, ¿cómo estás?...", y la chava no contestaba la carta, pero decía - seguramente así misma - que se atana portando mal y le fascinaba.

En realidad, me gustaría pensar que así es, y que te la estás pasando de pelos, haciendo toda clase de travesuras o viviendo el mejor momento de tu vida, pues el trabajo y el estres han quedado atrás. Eso es lo que quiero pensar...

Digo lo anterior porque ha sido imposible localizarte. He llamado a tu oficina, pero nadie contesta; tampoco he recibido respuesta del correo anterior que te envíe. No me mal intérpretes, pues no es reclamo, sólo estoy un poco preocupado.

Quiero saber de ti. Quiero saber que estás bien, que todo va bien en tu vida y que eres feliz, a pesar que el trabajo se apila sobre tu escritorio, tu radio no deja de pillar, viajas como Marco Polo y descansas a penas lo necesario.

Quiero saber que estás bien, para poder imaginar tu sonrisa iluminando el día. Dame eso, aunque sea eso, porque una parte de mi se marchita cuando no te escucho.

Te quiero.
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sábado, 24 de mayo de 2008

Cambios con la Edad

Ayer fui a ver la última película de uno de mis héroes preferidos de la infancia: Indiana Jones.

El "Dr. Jones" no se ve tan jovial, agil y fuerte qué hace 21 años, pero no eso no fue obstáculo para que él siguiera siendo tan hábil, carismático y aventurero como lo hemos visto en las tres películas anteriores.

No daré detalles sobre la historia, pues el trama personal de los personajes debe ser desenredado durante los aproximadamente 120 minutos de la película. Junto a esta historia esta - obviamente - la peculiar aventura arqueológica.

La segunda guerra mundial ha acabado, es el año 1957 y el mundo está dividido en dos bandos: capitalistas y comunistas. La Union Americana vive la histeria comunista propia de la época; este mundo polarisado, está marcado por la competencia entre U.R.S.S. y U.S.

En esta situación mundial, Indiana Jones vive una extraña aventura arqueológica y personal. A diferencia de las películas anteriores, donde los viajes por todo el mundo y la multitud de recursos, obstáculos y aliados o enemigos son abundantes, esta última (que por las señales dadas en la misma película, definitivamente es la última) es más sobria y puntual.

Aun así, creo que los fans del intrépido profesor de arqueología, no se verán decepcionados, y podrán disfrutar de los detalles traídos de las películas anteriores. No por ello, quién no haya disfrutado de sus zagas anteriores, no disfrutará esta; George Lucas y Steven Spielberg se preocuparon por hacer una historia y film aptos para no conocedores y futuros fans.

Sin más, puedo invitarlos a ver esta película que cierra - finalmente - la historia de Dr. Henry Jones, Jr., mejor conocido cómo Indiana Jones.
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martes, 13 de mayo de 2008

No Más Tierras Lejanas

Hola,

¿Cómo te va? Para variar, has de estar ocupada, lo suficientemente ocupada, no sólo para no contestar el teléfono, sino para ni siquiera escuchar la bola de mensajes que están pendientes en tu contestadota. Terrible tu caso.

Un pajarito me dijo por ahí que traes carro nuevo, pero con la carga de trabajo que llevas, no lo has podido ni disfrutar. Eso es una pena.

De hecho, sólo me entero de si estás bien, vives, comes, viajas o descansas por tu mami. Creo que en los últimos 5 meses, he hablado más con ella que contigo... lo cual no es triste, terrible o una pena; pero preferiría escuchar todas esas historias de ti.

En fin, sólo quiero que sepas que estoy contento porque te ha ido muy bien en tu chamba, y parecer que te toman muy en serio ahí. Y no es para menos, siempre has sido muy chambeadota e industriosa, y creo que eso lleva lejos a cualquier persona. Sin embargo, espero que el trabajo no este chupando lo mejor de ti, para que no pierdas ese ángel que llevas contigo.

Por lo pronto te platico que ya estoy de vuelta en Monterrey. De alguna forma, algo cambio, lo cual es bueno; incluso el ambiente en la oficina es distinto; de hecho, el ambiente en la planta es mucho muy distinto. Mis amigos y conocidos no son los mismos, pero cambiaron... algo cambio. No es para menos, en 15 meses pasan muchas cosas y - desde luego - la gente cambia, lo cual es muy saludable.

Temía que el mundo fuera el mismo cuando regresara. Ahora puedo ver que el reto reside en no aburrirme a mi mismo. Planeo comenzar a tomar clases de francés, ir al gym y hacer mucha fiesta este verano.

La única duda que me queda es: ¿cuándo te escucharé, o veré otra vez?

Te Quiero