Llega el viernes, medio desvelado y con mucha flojera, para toparme que mi carga de trabajo es tan pesada como pedo de vegetariano. En fin, tratando de ocupar mi mente me tope con un post en Facebook titulado “La historia de cómo kilo a kilo México se volvió líder en obesidad”*, que me hizo reflexionar sobre otros post que ya han puesto sobre el tema del tabaquismo y la obesidad.
No se si han visto esas imágenes o posts que dicen que si en las cajetillas de cigarros ponen imágenes y mensajes impactantes (y yo agregaría: escandalosas y hasta de mal gusto) con el fin de hacer reflexionar a los consumidores del tabaco sobre las consecuencias y daños que este produce, porque a su vez no hacen lo mismo con otros productos, tales como los refrescos, los dulces, aquellos que contienen colesterol y mucha sal, pues también afectan la salud.
Así pues, después de leer que ahora resulta que Mexico tiene más gordos que US, y que por otros factores socioeconómicos también más gordos que el resto del mundo (según), me pregunto por qué la propuesta de marcar ciertos alimentos y bebidas como peligrosos no se materializa.
Espero que nadie se atreva a decir que no se pueden comparar los problemas. Lo siento, sí, sí se pueden comparar; ya que volvieron el tabaquismo un problema de salud, y por ello se han tomado toda serie de medidas gubernamentales, ambos problemas se pueden poner en el mismo espectro.
Según el estudio presentado en CNN, el 32.8% (aproximadamente 36,846,385 personas) de los adultos en Mexico son obesos; de ese porcentaje, los que sufren alguna enfermedad consecuencia (y que quede claro, “consecuencia”, no como “asociada”) de la obesidad, cuestan al Estado de 70 a 100 mil millones de pesos anuales en gastos médicos. Ahora bien, se calcula que el país tiene alrededor de 11 millones de fumadores, y que el gasto por enfermedades asociadas (aquí es “asociadas”, no “consecuencia”) al tabaquismo cuesta al erario 45 mil millones de pesos, pero 23 mil millones son pagados de los impuestos recaudados por el comercio del tabaco#.
Entonces, vamos a ver, hay más obesos sufriendo problemas consecuencia del mal, que fumadores enfermos por males asociados al tabaco; pero en México hay leyes regulatorias sobre impuestos del tabaco, su presentación al público y los lugares para fumar (y eso que es una droga legal, como el alcohol), y hay poco (excepto campañas de salud) al respecto del control y reducción de la obesidad en el país. El hecho es que en Mexico nos sentimos muy orgullosos sobre lo que se ha hecho sobre el tabaco, a pesar de no ser un problema mayor de salud.
Alguien dirá: “Pero el problema no son sólo los fumadores, sino la gente que los rodea que no son fumadores”. En 1964, el reporte del Cirujano General (una traducción directa de General Surgeon) de US, sugirió que la inhalación de humo de tabaco de segunda mano (second hand smoke) es dañina. Desde entonces, cualquier grupo o persona que está en contra del tabaco hacen referencia a dicho estudio para demostrar que los fumadores pasivos están en riesgo de contraer enfermedades asociadas al tabaco. Lo curioso es que desde entonces la comunidad científica no ha llegado a un acuerdo sobre si el humo de cigarro (ya sea el que viene de la combustión del cigarro o por la exhalación de fumadores) en realidad causa cáncer a fumadores pasivos; de tiempo en tiempo, se presentan estudios que podría probar una u otra cosa.& Por ejemplo, el estudio que presentó la EPA (Environmental Protection Agency, Agencia para la Protección Ambiental por sus siglas en inglés) en 1993 explica que existe un 25% de probabilidades que un fumador pasivo adquiera cáncer de pulmón; sin embargo, el mismo estudio, demuestra que alguien que no es fumador pasivo tiene la misma probabilidad de adquirir ese cáncer+.
Una cajetilla de cigarros podría costar 15 pesos (más IVA); pero por todos los impuestos adicionales el costo de una cajetilla de 20 cigarros es 42 pesos (incluye IVA), a pesar de ser un producto legal y no de lujo. Está prohibida la publicidad de cigarros al público general (a diferencia de la cerveza, que sólo debe evitar presentar el producto); además, la venta está prohibida a menores. Y por si fuera poco, cada cajetilla de cigarros viene adornada con mensajes e imágenes de concientización. Desde que se aplicaron las leyes anti-tabaco en México, no se puede fumar en lugares públicos que estén cerrados, incluso bares y antros; ya no cuenta el tener área de fumadores (como antes), ahora los fumadores solo pueden sentarse afuera; como sea, hay una ley en proceso que prohibirá incluso fumar en terrazas, ni siquiera a fuera de un establecimiento, y los fumadores serán recluidos a zonas especiales para fumar, eso solo si están disponibles. El municipio de Monterrey frecuentemente manda inspectores para mantener a la raya a los negocios de alimentos y entretenimiento, y que estos no permitan el fumar.
Sin embargo, las sodas y otras bebidas endulzadas, dulces, productos con grasas, etc., que contribuyen al principal problema de salud, son baratos, de fácil acceso (incluso para menores); hay publicidad abierta y publica sobre ellos. Y aunque hace unos dos años, en determinadas escuelas se prohibió la venta de alimentos chatarra, el gobierno (particularmente, la secretaria de salud) no ha dado pasos importantes para atacar este problema de salud; por ejemplo, no se ha legislado sobre ello, tal como se hizo sobre el alcohol y el tabaco.
Así pues, yo diría: está bien, quieren seguir chingándose al tabaco y a los fumadores, adelante; pero… todos coludos o todos rabones. Si ya hicieron tanto pedo por el tabaco (que no es el principal problema de salud), esperaría que la reacción contra la obesidad y sus causantes sea desbordante y arrasadora. Ojalá se prohíban todos los anuncios de dulces y sodas, y que especialmente se prohíban dichos patrocinios en programas para niños, o de eventos que asistan familias (como por ejemplo, partidos de futbol); que los niños no puedan comprar comida chatarra sin supervisión de un adulto, ni en la tiendita de la esquina, y que haya inspectores que refuercen eso (tal como lo hacen ahora en Monterrey con los restaurantes, bares y antros en lo relacionado a cumplir el horario de la venta de alcohol y estar abiertos al público). Que los empaques de productos con alto contenido de azúcar, sal o grasa sean presentados como las cajetillas de cigarros: con fotografías de todos los padecimientos conocidos consecuencia del sobrepeso o el abuso del producto, la explicación de la imagen – desde luego-, un pequeño espacio –muy pequeño, desde luego – para el logo y la presentación del producto, y el resto del contenedor sea negro con pseudo explicaciones pseudo médicas de por qué el abuso de esos productos son dañinos para la salud – incluso la salud de los no nacidos. Dar una doble importancia a los programas de educación física en las escuelas, además de obligar a todas las escuelas (públicas y privadas) el establecer cocinas y/o comedores donde se sirvan alimentos previamente autorizados por SS y la SEP, que desde luego sean nutritivos, en las porciones adecuadas para los párvulos; que se prohíban los bufetes, y que haya autoridades cerca de las zonas de restaurantes revisando que la gente no haya consumido excesivamente alimentos; y que por su parte, los restaurantes eviten seguir vendiendo alimentos o bebidas a aquellas personas que ya han consumido demasiado, es más, que le corten la cuenta y los pongan en tu taxi con dirección al hogar del comensal . Ah, y cómo olvidar la parte que más le agrada al gobierno: aumentar impuestos… que los alimentos y bebidas identificados como causantes directos de la obesidad, se les agregue un impuesto especial, el cual – desde luego – sólo servirá para financiar el cuidado de los padecimientos consecuencia de la obesidad, y de esa forma apoyar nuestro sistema de salud. También que se prohíban las sillas especiales para obesos en los supermercados, y que no se les dé trato preferencial alguno, como sería el otorgar permiso especial para estacionarse en lugares para minusválidos.
No encuentro exagerado nada de esto, porque las medidas que he descrito son muy similares a las que ya se tienen implementadas hoy para “modificar” el uso del tabaco y el alcohol. Y si el tabaco y el alcohol no son la principal molestia de los mexicanos, ¿por qué escatimar en medidas?
Les presento un episodio de la serie Penn & Teller: Bullshit! Que habla precisamente sobre el tema.
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* Publicado por CNN Mexico; pueden encontrar la nota completa en este link.
# Consejo Mexico Contra el Tabaquismo. http://cmct.mx/documentacion/
+ El estudio de la EPA dice que los fumadores pasivos tienen una probabilidad 1:80,000 de obtener cáncer de pulmón, y que gente que no esta expuesta tienen una probabilidad de 1:100,000; eso quiere decir que la incidencia de casos de cáncer de pulmón, siendo fumador pasivo es de 12.5 personas de 1 millón de personas, y que la incidencia del otro grupo es de 10 personas por cada millón. En otras palabras, estadísticamente la diferencia no es significativa y no prueba que la gente se enferma de cáncer de pulmón solo por ser fumador pasivo.
& Pueden ver mucha explicación sobre esto, desde el punto médico, en el artículo The Myth of Second Hand Smoke link.
No se si han visto esas imágenes o posts que dicen que si en las cajetillas de cigarros ponen imágenes y mensajes impactantes (y yo agregaría: escandalosas y hasta de mal gusto) con el fin de hacer reflexionar a los consumidores del tabaco sobre las consecuencias y daños que este produce, porque a su vez no hacen lo mismo con otros productos, tales como los refrescos, los dulces, aquellos que contienen colesterol y mucha sal, pues también afectan la salud.
Así pues, después de leer que ahora resulta que Mexico tiene más gordos que US, y que por otros factores socioeconómicos también más gordos que el resto del mundo (según), me pregunto por qué la propuesta de marcar ciertos alimentos y bebidas como peligrosos no se materializa.
Espero que nadie se atreva a decir que no se pueden comparar los problemas. Lo siento, sí, sí se pueden comparar; ya que volvieron el tabaquismo un problema de salud, y por ello se han tomado toda serie de medidas gubernamentales, ambos problemas se pueden poner en el mismo espectro.
Según el estudio presentado en CNN, el 32.8% (aproximadamente 36,846,385 personas) de los adultos en Mexico son obesos; de ese porcentaje, los que sufren alguna enfermedad consecuencia (y que quede claro, “consecuencia”, no como “asociada”) de la obesidad, cuestan al Estado de 70 a 100 mil millones de pesos anuales en gastos médicos. Ahora bien, se calcula que el país tiene alrededor de 11 millones de fumadores, y que el gasto por enfermedades asociadas (aquí es “asociadas”, no “consecuencia”) al tabaquismo cuesta al erario 45 mil millones de pesos, pero 23 mil millones son pagados de los impuestos recaudados por el comercio del tabaco#.
Entonces, vamos a ver, hay más obesos sufriendo problemas consecuencia del mal, que fumadores enfermos por males asociados al tabaco; pero en México hay leyes regulatorias sobre impuestos del tabaco, su presentación al público y los lugares para fumar (y eso que es una droga legal, como el alcohol), y hay poco (excepto campañas de salud) al respecto del control y reducción de la obesidad en el país. El hecho es que en Mexico nos sentimos muy orgullosos sobre lo que se ha hecho sobre el tabaco, a pesar de no ser un problema mayor de salud.
Alguien dirá: “Pero el problema no son sólo los fumadores, sino la gente que los rodea que no son fumadores”. En 1964, el reporte del Cirujano General (una traducción directa de General Surgeon) de US, sugirió que la inhalación de humo de tabaco de segunda mano (second hand smoke) es dañina. Desde entonces, cualquier grupo o persona que está en contra del tabaco hacen referencia a dicho estudio para demostrar que los fumadores pasivos están en riesgo de contraer enfermedades asociadas al tabaco. Lo curioso es que desde entonces la comunidad científica no ha llegado a un acuerdo sobre si el humo de cigarro (ya sea el que viene de la combustión del cigarro o por la exhalación de fumadores) en realidad causa cáncer a fumadores pasivos; de tiempo en tiempo, se presentan estudios que podría probar una u otra cosa.& Por ejemplo, el estudio que presentó la EPA (Environmental Protection Agency, Agencia para la Protección Ambiental por sus siglas en inglés) en 1993 explica que existe un 25% de probabilidades que un fumador pasivo adquiera cáncer de pulmón; sin embargo, el mismo estudio, demuestra que alguien que no es fumador pasivo tiene la misma probabilidad de adquirir ese cáncer+.
Una cajetilla de cigarros podría costar 15 pesos (más IVA); pero por todos los impuestos adicionales el costo de una cajetilla de 20 cigarros es 42 pesos (incluye IVA), a pesar de ser un producto legal y no de lujo. Está prohibida la publicidad de cigarros al público general (a diferencia de la cerveza, que sólo debe evitar presentar el producto); además, la venta está prohibida a menores. Y por si fuera poco, cada cajetilla de cigarros viene adornada con mensajes e imágenes de concientización. Desde que se aplicaron las leyes anti-tabaco en México, no se puede fumar en lugares públicos que estén cerrados, incluso bares y antros; ya no cuenta el tener área de fumadores (como antes), ahora los fumadores solo pueden sentarse afuera; como sea, hay una ley en proceso que prohibirá incluso fumar en terrazas, ni siquiera a fuera de un establecimiento, y los fumadores serán recluidos a zonas especiales para fumar, eso solo si están disponibles. El municipio de Monterrey frecuentemente manda inspectores para mantener a la raya a los negocios de alimentos y entretenimiento, y que estos no permitan el fumar.
Sin embargo, las sodas y otras bebidas endulzadas, dulces, productos con grasas, etc., que contribuyen al principal problema de salud, son baratos, de fácil acceso (incluso para menores); hay publicidad abierta y publica sobre ellos. Y aunque hace unos dos años, en determinadas escuelas se prohibió la venta de alimentos chatarra, el gobierno (particularmente, la secretaria de salud) no ha dado pasos importantes para atacar este problema de salud; por ejemplo, no se ha legislado sobre ello, tal como se hizo sobre el alcohol y el tabaco.
Así pues, yo diría: está bien, quieren seguir chingándose al tabaco y a los fumadores, adelante; pero… todos coludos o todos rabones. Si ya hicieron tanto pedo por el tabaco (que no es el principal problema de salud), esperaría que la reacción contra la obesidad y sus causantes sea desbordante y arrasadora. Ojalá se prohíban todos los anuncios de dulces y sodas, y que especialmente se prohíban dichos patrocinios en programas para niños, o de eventos que asistan familias (como por ejemplo, partidos de futbol); que los niños no puedan comprar comida chatarra sin supervisión de un adulto, ni en la tiendita de la esquina, y que haya inspectores que refuercen eso (tal como lo hacen ahora en Monterrey con los restaurantes, bares y antros en lo relacionado a cumplir el horario de la venta de alcohol y estar abiertos al público). Que los empaques de productos con alto contenido de azúcar, sal o grasa sean presentados como las cajetillas de cigarros: con fotografías de todos los padecimientos conocidos consecuencia del sobrepeso o el abuso del producto, la explicación de la imagen – desde luego-, un pequeño espacio –muy pequeño, desde luego – para el logo y la presentación del producto, y el resto del contenedor sea negro con pseudo explicaciones pseudo médicas de por qué el abuso de esos productos son dañinos para la salud – incluso la salud de los no nacidos. Dar una doble importancia a los programas de educación física en las escuelas, además de obligar a todas las escuelas (públicas y privadas) el establecer cocinas y/o comedores donde se sirvan alimentos previamente autorizados por SS y la SEP, que desde luego sean nutritivos, en las porciones adecuadas para los párvulos; que se prohíban los bufetes, y que haya autoridades cerca de las zonas de restaurantes revisando que la gente no haya consumido excesivamente alimentos; y que por su parte, los restaurantes eviten seguir vendiendo alimentos o bebidas a aquellas personas que ya han consumido demasiado, es más, que le corten la cuenta y los pongan en tu taxi con dirección al hogar del comensal . Ah, y cómo olvidar la parte que más le agrada al gobierno: aumentar impuestos… que los alimentos y bebidas identificados como causantes directos de la obesidad, se les agregue un impuesto especial, el cual – desde luego – sólo servirá para financiar el cuidado de los padecimientos consecuencia de la obesidad, y de esa forma apoyar nuestro sistema de salud. También que se prohíban las sillas especiales para obesos en los supermercados, y que no se les dé trato preferencial alguno, como sería el otorgar permiso especial para estacionarse en lugares para minusválidos.
No encuentro exagerado nada de esto, porque las medidas que he descrito son muy similares a las que ya se tienen implementadas hoy para “modificar” el uso del tabaco y el alcohol. Y si el tabaco y el alcohol no son la principal molestia de los mexicanos, ¿por qué escatimar en medidas?
Les presento un episodio de la serie Penn & Teller: Bullshit! Que habla precisamente sobre el tema.
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* Publicado por CNN Mexico; pueden encontrar la nota completa en este link.
# Consejo Mexico Contra el Tabaquismo. http://cmct.mx/documentacion/
+ El estudio de la EPA dice que los fumadores pasivos tienen una probabilidad 1:80,000 de obtener cáncer de pulmón, y que gente que no esta expuesta tienen una probabilidad de 1:100,000; eso quiere decir que la incidencia de casos de cáncer de pulmón, siendo fumador pasivo es de 12.5 personas de 1 millón de personas, y que la incidencia del otro grupo es de 10 personas por cada millón. En otras palabras, estadísticamente la diferencia no es significativa y no prueba que la gente se enferma de cáncer de pulmón solo por ser fumador pasivo.
& Pueden ver mucha explicación sobre esto, desde el punto médico, en el artículo The Myth of Second Hand Smoke link.
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