Aquí estoy en el edificio X, en Residencias del Tec. Viví en el X durante un verano; hay ventajas en vivir solo, más en un cuarto del tipo del X, aunque nunca fue lo máximo para mí.
Y aquí estamos de regreso Taden y yo después de un contrariado viernes. Primero, quedar de ir al baseball, entonces todos reunimos en el XIII, en el edficio de Ximena; ahí salió a la luz que el partido había comenzado hace una hora. Así, comenzó la discusión si íbamos al juego (¿qué juego?) o comenzabamos la party ahí mismo. Finalmente, la resolución fue que iríamos al partido; cuando vamos saliendo vemos que hay policias observando la camioneta del Capi, de lo cual hicimos participe al susodicho, quién salió corriendo y extrañado. Sin pensar que fuera algo grave, Taden, Marthita y yo abordamos el Chahuismovil para partir al estadio de los Sultanes. A la mitad del camino que nos avisan que le dieron cristalazo a la camioneta del Capi y le sacaron la lap y otras cosas; bueno, ahí vamos de regreso. Cuando casi llegabamos al XIII de vuelta, que nos llaman para decirnos que siempre no, que sí vamos al juego (¿qué juego?).
Para no hacer más largo el cuento, llegamos al estadio y después de una complicada estratégia para encontrarnos con el resto del grupo, entremos al estadio para ver las últimas dos entradas del partido. Al final del juego (¿qué juego?), quedamos de ir al Ferrocaril all together (o sea, todos juntos); pero al llegar al lugar, notamos que nadie más llegaría, así que partimos por nuestro lado a cenar sushi. Después de dejar a Marthita en su casa, Taden y yo nos retiramos al X.
Taden y el Capi me dieron sabas y almohadas para preparar el sofa-cama de la sala. - Sientente como en casa... bueno, de hecho esta es tu casa, ¿no?, me dijo el Capi. Taden y yo volteamos a vernos e indiscutiblemente el Capi tenía razón, me gustara o no, Residencias era mi casa. Y como tal, dormí placenteramente en la sala del segundo del ala par del X, rodeado de mis amigos.
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