- El Escultor, Concierto para Guillotina y Cuarenta Cabezas, Hugo Arguelles
La cabeza, es un símbolo que toma mucha formas para el ser humano. Para algunos es la imaginación y las ideas, el pensamiento, el razonamiento y la acumulación de conocimiento; para otros, es la propia personalidad e individualidad de cada ser. También el gobierno, ya sea del cuerpo o de un Estado. Así, la cabeza toma muchas formas para expresar la parte cerebral y racional de ser humano.
Aunque los sentimientos siempre tienen que ver con el corazón, el realidad no surgen de este músculo. Desde algún tiempo se sabe que vienen de una parte del cerebro. Entonces, la cabeza y sus componentes constituyen el gobierno absoluto del ser humano y la única extremidad de la que no se puede precindir. Si nos enfocamos en el cerebro, podemos ver que ambos emisferios son excluyentes entre ellos; uno se encarga de todo lo sentimental y el otro de lo racional (que se amplía a cuestiones de destreza, que incluye a los deportes) . De hecho, para darle un uso completo al cerebro, se recomienda tener una actividad cultural ó artística y hacer un deporte.
De hecho, tan sólo en la cabeza tenemos casi la totalidad de nuestros sentidos: la vista, el gusto, el olfato y el oido. Y digo "casi" porque en realidad el sentido del tacto abarca todo nuestro cuerpo, gracias a la piel; la cabeza no es predominantemente un organo táctil, aunque el cuello, los oídos y los labios son muy sensibles, tanto que son partes importantes en el intercambio de caricias y besos (muchas mujeres pueden volverse locas con caricias, besos o mordidas en el cuello y las orejas, más que otras partes del cuerpo).
El cerebro es el procesador más complejo que existe. Controla y monitorea cualquier actividad que se realiza en el cuerpo, desde las imágenes que percibimos a través los ojos hasta las hormonas que deben ser liberadas para que el cuerpo opere. El cerebro tiene la capacidad de almacenar la información equivalente a unos cuantos millones de libros; de hecho, necesita mucha menos (pero mucha, mucha menos) energía que una computadora para realizar todos los procesos que realiza. Aquí cabe destacar que un procesador cualquiera no almacena información, sólo la procesa y pide a otros dispositivos almacenar, procesar otra información o tomar ciertas actividades; de hecho, las tarjetas de video actuales y las tarjeta de sonido más potentes cuentan con sus propias memorias y procesadores para no cargar al procesador central. El cerebro realiza todas esas actividades, sin riesgos de que se caiga o tenga un mal funcionamiento; aun cuando dormimos el cerebro sigue trabajando. Incluso, en coma, estado vegetativo o en un 'breakdown' nervioso, el cerebro sigue controlando las funciones del cuerpo.
Agreguen a eso que tenemos capacidades de soñar, imaginar y crear. Hay cosas que sólo existen en nuestra mente; Tolkien escribió sobre un mundo que no existía, luego hubo quienes dibujaron sobre su Tierra y los seres que la habitaban. Ambos, en sus mentes, vieron estos mundos y crearon la manera de mostrarlos a los demás. De ahí que Arguelles en "Concierto para Guillotina y Cuarenta Cabezas" hiciera un sketch en que habla sobre la justificación de la cabeza. En él, explica que uso original de una cabeza era para guardar una idea - una sola -, pero que el hombre la ha llenado de porquerías y ahora es difícil saber cual era dicha idea. "¿Y para qué sirve una idea? Para justificar cualquier cabeza".
Aristóteles dice que la vida es crear; si lo que creamos surge a partir de una idea. Entonces, si cualquier cabeza se justifica por - al menos - una idea, podemos decir que nuestra vida se justifica por las ideas que tenemos, lo cual incluye que seamos creativos, es decir, que usemos nuestras ideas para crear.
Para terminar esta breve presentación sobre la cabeza, quiero citar lo que dijo el Rey David en uno de los salmos, que engloba de alguna forma todo lo que se podría decir de la cabeza y el cuerpo humano: "Porque de manera que inspira temor, estoy maravillosamente hecho".
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