Durante la tarde del sábado estuve con los chavos de teatro preparando [nombre de la obra] que se presentaremos en [nombre del evento]; no les puedo dar más datos, porque me pidieron ser discreto.
Más tarde, en la noche, fui al Feel Grow, a la cena de la Cumplidora. Que bruto, el lugar super agradable y la comida genial (debería cobrar por el anuncio), aunque como estabamos en la terraza nos tocó un chorro de bochorno. Pues hasta hubo juegos artíficiales... pero lo que son las cosas, no eran para la Cumplidora, si no por la boda que se celebró en la Catedral. Esa noche había todo un operativo alrededor de Marco, la Catedral y el Casino, porque se casaba ni más ni menos que la hija del ex gobernador Canales; pero resulta que Felipe Calderón vino de invitado. A varios nos hicieron pasar un poco de aceite por el tiempo perdido y los lugares para estacionarnos.
De ahí, todo fue corre-corre. Luego, finalmente, la llamada llegó. "Estamos en el Ocean Drive, en el cumpleaños de tú ya sabes quién...", me informaba. Que debía esperar otra llamada; mientras me movilicé a La Chabela, para ver a Fanny. Debo aceptar que pensé que recibiría más atención, pero no fue así. Lo que sí noté fue a Adri la traen cortitita.
Luego, regresé al Feel Grow y recibo la otra llamada. "Alcanzanos en el Iguanas", me instruyeron. Cuando el asunto en el Feel Grow se acabo, me lancé al Iguanas, sólo que yo iba muy fresa para ir ahí, lo bueno es que eso no importaba.
Estuvimos un rato ahí; pero resultó que fuimos a ver a un cuate por San Jerónimo. Pero estando ahí se acabo la fiesta... lo molesto es que fui hasta allá acompañado y regresé sólo. Ahora espero la llamada que explique eso.
Quién definitvamente me hizo el fin de semana fue Niño, armando todo para que fueramos a comer comida árabe. No, no, no... qué cosa tan deliciosa. Ya sé que ando anunciando a todo el mundo, pero visiten el Jamal, no se van a decepcionar. Bola, Niño, Cuervo y yo comimos como escluincles de hospicio. De ahí nos lanzamos al Starbucks de Gómez Morín, pero antes Bola y yo visitamos el Starbucks del otro Gómez Morín (no se confunda con "el otro Starbuck de Gómez Morín"), pero finalmente llegamos al destino final correcto.
Después de un muy, pero muy agradable rato familiar (porque ellos son como mis hermanos y mis primos), retachamos cada quién al hogar. Yo me dediqué el resto de la tarde y noche a luchar contra soldados, hombres de más 150 kg (mitad hombre, mitad maquina), ninjas, dragones y otras abominaciones. Y aunque Ninja Gaiden para XBOX ha resultado ser más entretenido de lo que creía, la neta, que hueva tener que hacer el mismo recorrido chorrocientas veces, sólo porque el juego lo retomas donde guardaste, que son punto específicos... fuera de eso, el juego sí que está de pelos.
Cuando me harté me chuté la repetición de juego de Auténticos Tigres contra Aztecas ("esos tigresitos, lo que necesitan es una sobadita..."), el partido de Broncos contra Patriotas, Piratas del Caribe: La Maldición del Perla Negra y Trampa para los padres (la primeritita película donde sale Linsay Lohan y no hacía las tonterías que ahora). Todo esto gracias a la ténica de mi hermano Anarquía (o sea, Calli): click, click, click.
La llamada, claro, no llego... otra vez, pero tarde que temprano sabré algo. Como quiera me fui a dormir después de un fin de semana... pues poco productivo, pero sumamente agradable.
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