Quisiera ser niño otra vez. Cuando era niño, no existía el tiempo, ni el espacio. No tenías que preocuparte si se te salía mal algo, porque los demás niños no se darían cuenta. Nadie realmente se ofendía, a menos que lo golpearas o no lo escogieras para el equipo de fut; aun así, no había malos sentimientos. Podías pasar horas jugando con tus amiguitas, que las mamás no se pondrían celosas y que las niñas no te harían feo (siempre y cuando te tomaras el té cientos de veces con ellas, sin quejarse). De hecho, las niñas no era complicadas: "¿Jugamos a la casita?" ó a cualquier juego para niñas que quieras. ¡Y ya!, no había complicaciones.
Mi mamá me lo decía: "no quiero que crezcas". Pero no, ¡ah no!, tenía que ser tan terco que crecí, ¿verdad? 'Pues ahora te aguantas'. Y jugar con las niñas, se convirtió en jugar Jeopardy. Todo tenía una pregunta a trás de una afirmación suya: "Ay, es que tengo tarea" (su pregunta: ¿no entiendes que no quiero salir contigo?); "Se me olvido llamarte, sorry" (su pregunta: ¿qué te hace pensar que de alguna manera me interesas?); "Lo que pasa es que de última hora me llamó Fulanita y hoy es su cumple, entonces vamos a salir con ella" (su pregunta: ¿Crees que quiero aburrirme contigo?); "Voy a ver la novela" (su pregunta: ¿Sigues aquí?).
Aun con tus amigas, ¡tus amigas! Esas que te mandaban tarjetitas, recaditos y otros detallitos diciéndote: "TQM" ó "Nunca cambies", te tiran a loco.
Para mí, la cosa se puso complicada; el papá de una de mis amigas, ya no le gustaba que le llamará a su pequeña puberta, porque de por si pasabamos mucho tiempo juntos. Así, si eran las 8 p.m., "Denisse, métete... hasta mañana", ó si nos habíamos visto en la mañana y le marcaba por teléfono a medio día: "(Ruidos de arrebato del teléfono) ... (sonido de que la llamada ha terminado".
A partir de eso, comencé a preguntarme: ¿fastidio a la gente? Entonces, disque agarré una filosfía de equilibrio del tiempo que paso con mis amigas: ni muy muy, ni tan tan; ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre; dándo, dándo... pajarito volando (???).
Y sí, con el tiempo comprobé que hay mujeres para las que soy insoportable. Con todo y la mentada filosofía de "dénle al César lo del César, y a Dios las cosas de Dios". Peor cuando tienen novio o creen (o saben) que te interesan más allá de la amistad.
Si tu, amable lector, estás en la situación descrita aquí, debes saber algunas cosas. Si te encariñas con una chava, espero que ella también, porque de lo contrario, al primer fastidio, te vas al caño (eso incluye depre). Si la llevas chido, pero no te encariñas, chido, porque al primer fastidio, ni te vas a dar cuenta y con el tiempo se volveran a llevar. Si sólo la conoces y te 'llevas' con ella, pues todavía mejor, porque al final, tú la vas a mandar al caño.
Y no es que odie a la mujeres o tenga algo en su contra; pero me choca que se compliquen la vida. No me gusta buscar mucho a una persona, de verdad, de verdad. Precisamente por evitar esas situaciones. Pero lo malo es que soy muy paternalista; si me encariño con una amiga, pues le voy a dar todas las atenciones (me guste o no, sólo porque la quiero). Y ahí viene lo complicado: un día eres su mejor amigo y al otro eres su peor fastidio.
¡Oh sí! No lo nieguen, ni se hagan las locas. Lo peor es que de repente es chipote con sangre (y no responden); ¡ni gritan 'aguas van'! De repente, después de una semana super chingona, así no'más porque sí, te dejan de hablar. De hecho, lo peor que puede pasar no es que te dejen de hablar contestar tus llamadas ó invitaciones, si no su indiferencia; salir con cuates o coincidir en el mismo lugar y que cuando te acerques a charlar, sólo te diga: "Aja" o "Sí".
¿Por qué su 'sí' no es 'sí' y su 'no' no es 'no'? "Todo está bien; si algo me molestá, te lo diré"; esa es más vieja que "te pago mañana", "la última y nos vamos" y otras similaras ("sólo la..."). Quién sabe quién les dio esa autoridad a las mujeres o cómo la obtuvieron, pero la ejercen eficientemente.
¿Recuerdan eso que escribí sobre "Ser Conciente"? Aplica muy bien eso aquí. ¿Las chavas son concientes de sus sentimientos y lo que dicen? O sea, ¿por qué una semana sienten que una persona es la neta y a la siguiente lo mandan allá, con su mamí? Y no niego que podamos hacer algo que las moleste, pero ¿qué puede ser tan malo como para que se porten indiferente contigo, o te dejen de hablar? Yo, no lo entiendo. Y si hay amistad de por medio, ¿por qué no se puede arreglar o es tan problemático?
Platicaba con el Guerra, y él afirmó categóricamente: "hombres y mujeres no pueden ser amigos". Lo siguiente que dijo fue algo así que eso es como una ilusión. Además, me platicó que nuestra bendición es haber estudiado ingenieria: 1 + 1 siempre van a ser 2, hoy, mañana, pasado y siempre, 1 + 1 serán 2 (aunque los contadores digan otras cosas). El ser humano no será el mismo hoy, ni mañana, ni pasado, ni nunca.
Por mi parte, creo que sí podemos ser amigos hombres y mujeres. Claro, el asunto, como siempre, es el corazón; pero también está la razón. Bien dicen por ahí que 'el hombre piensa y la mujer siente'. Digan, lo que digan, en un plano amplio, eso es cierto.
De verdad, amiguitas (y mujeres en general que leen esto), agarren la onda, reflexionen en esto que escribo. ¿Por qué se portan así? Si soy un fastidio, pues acéptenme y háganme ver cuando me pasé de la raya, ¿no? Si no, nunca sabré qué es lo que les molestó; de verdad, hay quiénes nunca quisiera me dejaran de hablar, ni tampoco quisiera que se portaran indiferentes conmigo (de verdad, si me equivoco, no busquen la salida fácil). Aprendan a decir 'no', pero llamen cuando lo prometen. Si somos amigos, ¿por qué no podemos arreglar nuestras diferencias, como personas que los une un lazo 'especial'? ¿Realmente hago cosas tan malas? Y, sobretodo, si bogan por la igualdad de los sexos, entonces invítenme a salir, como yo lo hago... ¿o salir no es de amigos? Total, si sólo amigos, pues no hay nada más de qué preocuparse... ¿o sí?
viernes, 29 de abril de 2005
El viernes más esperado
Viernes 29 de abril... hasta que llegó este día, me di cuenta que era el día que más esperaba del semestre.
A partir de hoy hay tiempo para mí, mi descanso, mi sueño. ¡Habrá descanso! No me importa que pasará al final del semestre; todo lo que quiero es descansar. Quiero dormir, de verdad, no hay nada más en este momento.
Lo único que tengo en mente es recuperar el sueño de 4 meses (quizá, el de toda una vida). Sin el menor temor a equivocarme, dormí en promedio de 4 a 6 horas diarias en todo el semestre (creo que durante la carrera también). No pregunten por qué; a veces por gusto me desvelé (esas costumbres qué no pude cambiar durante el tiempo que fui estudiante), otras por no tener el tiempo de hacer cosas mientras había luz del sol, también por desidioso. Minerva sabe desde cuándo quería comenzar a dormir mis horas; por épocas lo logré, pero creo que no las atesoré.
Pero a partir de hoy, soy dueño de mi tiempo. Por fin, después de... algunos años, finalmente soy dueño de mi tiempo. Ya no habrá personas evidiosas, ni egocéntricas abusando de mi tiempo. Exceptuando mi horas del trabajo (que por lo menos son 8 horas díarias, a veces menos, a veces más), el resto del tiempo es mío y nada más que mío. Por lo pronto, no tengo idea qué haré en esos ratos libres. Ayer fantaseaba con dormir mis horas, levantarme temprano, ducharme, cambiarme, preparar el desayuno (quizá hasta dejar listo el mi roomate también), salir al trabajo y, de regreso en la casa, aplastarme a ver la tele o jugar... ¡jugar! Por fin podré jugar hasta aburrirme, sin sentirme culpable de atrasar mis tareas y trabajos. Más adelante quizá me meta a clases de alguna lengua ó instrumento. Ya tengo compromisos, pero no estorban, ni me quitan el tiempo; así que en el futuro cercano me dedicaré a adaptarme, después veré en qué cosas realmente productivas invierto mi tiempo libre.
A partir de hoy, comezaré a desintoxicarme; liberaré mi mente, sacaré esa antigua rutina. Esa rutina que tuve por años. Ya no será lo mismo, ni siquiera el mismo ciclo. Comenzaré otra vida... ¡y no necesitaré comprarla en el Seven! Claro, vienen otras responsabilidades; pero necesito un cambio, quiero un cambio. Necesito recuperar mi peso, dedicarme a mis ideas y disfrutar más a la gente que me rodea y a los que me quieren. Deseo explotar mi mente, hacer esas cosas para las que no hayaba tiempo (o me daba tiempo por tener otras prioridades). Quiero este cambio, porque creo que aun necesito crecer y madurar, sanar mi sentido de la responsabilidad, aclarar mis sentidos y mi percepción de las cosas. Salir de mi rinconcito obscuro y comenzar a disfrutar el calor de la vida.
Sé que pensarán - después de leer esto - que no he disfrutado la vida; no es así. Es sólo que necesito un cambio... y lo tendré. Y ese cambio me refresacará. Necesito refrescarme porque sentía que me marchitaba. A partir de hoy, me esperan otras aventuras, que comienzan con terminar el semestre, firmar contrato y hacer mudanza.
Amigos, los quiero, los quiero mucho... muchas gracias por todo; los quiero de verdad. Quiero a los que me buscan, los que me hacen reir, los que se preocupan por mí, los que me ayudan, los que siempre están cuando los necesito, los que siempre están aunque no los busco, los que me hacen pensar, los que me tienen confianza, los que me quieren, los que no me hablan, a los que no he visto, a los que veré, a los que quiero ver, a los que tengo ganas de abrazar y besar, a los que me escuchan, los que me sacan de mis malos ratos, los que me dejan hablar, los que se rien de mis chistes, los que lloran conmigo... amigos, amigas, al final ustedes son los que valen la pena... los quiero, los quiero porque es lo más importante que me llevo al final.
En este viernes, tan mentado y esperado viernes, les digo que ustedes es lo más valioso que me llevo y que quiero traer cargando, llevarlo siempre conmigo... porque se acaba este ciclo, comienza otro, pero ustedes siempre seguirán.
A partir de hoy hay tiempo para mí, mi descanso, mi sueño. ¡Habrá descanso! No me importa que pasará al final del semestre; todo lo que quiero es descansar. Quiero dormir, de verdad, no hay nada más en este momento.
Lo único que tengo en mente es recuperar el sueño de 4 meses (quizá, el de toda una vida). Sin el menor temor a equivocarme, dormí en promedio de 4 a 6 horas diarias en todo el semestre (creo que durante la carrera también). No pregunten por qué; a veces por gusto me desvelé (esas costumbres qué no pude cambiar durante el tiempo que fui estudiante), otras por no tener el tiempo de hacer cosas mientras había luz del sol, también por desidioso. Minerva sabe desde cuándo quería comenzar a dormir mis horas; por épocas lo logré, pero creo que no las atesoré.
Pero a partir de hoy, soy dueño de mi tiempo. Por fin, después de... algunos años, finalmente soy dueño de mi tiempo. Ya no habrá personas evidiosas, ni egocéntricas abusando de mi tiempo. Exceptuando mi horas del trabajo (que por lo menos son 8 horas díarias, a veces menos, a veces más), el resto del tiempo es mío y nada más que mío. Por lo pronto, no tengo idea qué haré en esos ratos libres. Ayer fantaseaba con dormir mis horas, levantarme temprano, ducharme, cambiarme, preparar el desayuno (quizá hasta dejar listo el mi roomate también), salir al trabajo y, de regreso en la casa, aplastarme a ver la tele o jugar... ¡jugar! Por fin podré jugar hasta aburrirme, sin sentirme culpable de atrasar mis tareas y trabajos. Más adelante quizá me meta a clases de alguna lengua ó instrumento. Ya tengo compromisos, pero no estorban, ni me quitan el tiempo; así que en el futuro cercano me dedicaré a adaptarme, después veré en qué cosas realmente productivas invierto mi tiempo libre.
A partir de hoy, comezaré a desintoxicarme; liberaré mi mente, sacaré esa antigua rutina. Esa rutina que tuve por años. Ya no será lo mismo, ni siquiera el mismo ciclo. Comenzaré otra vida... ¡y no necesitaré comprarla en el Seven! Claro, vienen otras responsabilidades; pero necesito un cambio, quiero un cambio. Necesito recuperar mi peso, dedicarme a mis ideas y disfrutar más a la gente que me rodea y a los que me quieren. Deseo explotar mi mente, hacer esas cosas para las que no hayaba tiempo (o me daba tiempo por tener otras prioridades). Quiero este cambio, porque creo que aun necesito crecer y madurar, sanar mi sentido de la responsabilidad, aclarar mis sentidos y mi percepción de las cosas. Salir de mi rinconcito obscuro y comenzar a disfrutar el calor de la vida.
Sé que pensarán - después de leer esto - que no he disfrutado la vida; no es así. Es sólo que necesito un cambio... y lo tendré. Y ese cambio me refresacará. Necesito refrescarme porque sentía que me marchitaba. A partir de hoy, me esperan otras aventuras, que comienzan con terminar el semestre, firmar contrato y hacer mudanza.
Amigos, los quiero, los quiero mucho... muchas gracias por todo; los quiero de verdad. Quiero a los que me buscan, los que me hacen reir, los que se preocupan por mí, los que me ayudan, los que siempre están cuando los necesito, los que siempre están aunque no los busco, los que me hacen pensar, los que me tienen confianza, los que me quieren, los que no me hablan, a los que no he visto, a los que veré, a los que quiero ver, a los que tengo ganas de abrazar y besar, a los que me escuchan, los que me sacan de mis malos ratos, los que me dejan hablar, los que se rien de mis chistes, los que lloran conmigo... amigos, amigas, al final ustedes son los que valen la pena... los quiero, los quiero porque es lo más importante que me llevo al final.
En este viernes, tan mentado y esperado viernes, les digo que ustedes es lo más valioso que me llevo y que quiero traer cargando, llevarlo siempre conmigo... porque se acaba este ciclo, comienza otro, pero ustedes siempre seguirán.
martes, 26 de abril de 2005
El Desalmado Dr. Format
(Este es para Vaquita y Pollito)
La primera vez que escuché 'desalmado' fue en la serie animada de "Flash Gordon". Se me hacía muy curioso que una persona tan poderosa como Ming no tuviera armas; no pregunten por qué relacionaba 'desalmado' con 'desarmado'. Por un momento pensé que le decían así porque era tan malvado, que no necesitaba armas para hacer de las suyas.
En fin, eso quedó en los recuerdos de hace... bueno, ¡no importa! No inspirado en Ming, pero sí en el terror de Vakita, decidí ponerme "El Desalmado Dr. Format". Ese es el sobrenobre que utilizo en el bajo mundo del Servicio Técnico. Mi sensei, Polo, es conocido como "Mr. Format"; de él recibí la sabiduría, el conocimiento que toda persona que da servicio técnico debe saber:
Lo que era más enfermo de mi sensei, es que se supiera de memoria los seriales (originales, de fabrica, nada de '1-2-3' de antes) de las versiones de Windows, Office y Works. Supiera donde estaba hasta el último tornillo que no utilizaba. Todos los teléfonos para conectarse al ISP del changarro (ah, porque también el negocio daba servicio de Internet por dial-up) y las cuentas de los usuarios nuevos; de hecho, llegaba, sorteaba su lista mentalmente y configuraba el sistema, sin repetir usuarios.
En fin, el hard core del negocio del soporte técnico, lo aprendí con él.
Pues en casi 9 años de trabajo en servicio técnico (wow, ya tengo carrera), sólo 2 computadoras se me han resistidio: la de una prima y la de un negocio. Confiezo que ambas fuera excepciones, que de haber tenido un poco más de tiempo y menos stress de parte de mis victimados, hubiera podido arreglarlo.
En todo ese tiempo, nadie me había nombrado de una manera particular, a pesar de mis grandes azañas técnicas y de soporte. Hasta que un día, Vaquita, se quejó que su computadora no funcionaba muy bien. Sin buscarle mucho, le dí mi diagnóstico: tenía muchas aplicaciones de fábrica que echaban a perder el performance de la computadora; solución: formatear e instalar desde cero. No se pueden imaginar la angustia de Vaquita; parecía que acaba de decirle que tenía SIDA o si viera que una manada de zombies hambrientos de su cerebro se acercará, sin olvidar la escena de fuego y asufre cayendo sobre la banca de La Carreta donde nos encontrabos. Ahí fue donde descubrí el terror que la gente siente al escuchar 'formatear'. No sé, pero creo que entienden algo cómo: "Has sido muy malo con tu computadora. ¡Ve! La tienes echa un asco y por eso tenemos que formatear... será tu castigo". Y pues no, en realidad no necesariamente es eso, pero bueno, creo que no viene al caso hablar de la 'purificación'.
Vaquita se encargó de que incluso ingenieros de MIT le dieran diagnóstico (véridico, ¿eh? Y tengo testigos, dispuestos a declarar en una corte si es necesario) sobre su atormetada maquina, a la cual - según lo que entendí - yo buscaba atormentar más. El MIT dijo lo mismo; Vaquita, aceptó que pudiera tener razón, pero que no haría pasar por ese sufrimiento indescriptible a su nonata lap. Creo que entre comentarios y juegos posteriores sobre el hecho, surgió ese sobrenombre: "El Desalmado Dr. Format".
De todos modos, la pequeña lap de Vaquita cayó en mis garras (es que en esos días no me había cortado las uñas), porque tenía un problema para conectarse a la red. Y pues no le di kranky (sí, esa se me fue viva), sobretodo porque Vaquita me lo había prohibido; además, no era necesario. No fue trivial, pero triunfé.
La semana pasada, Ale me pasó su compu, porque tenía 4 virus, dándole guerra a su registro y otras aplicaciones. Pues Dr. Format apareció para desaparecer esa escoria inmunda de la memoria de Bebelax (estoy seguro que Ale no ha bautizado su lap, pero no puedo evitar tratar de ponerles nombre). Aquí vale la pena decir, que Dr. Format tiene largas batallas contra las maquinas poseidas y los demonios electrónicos que las atacán. Por ello, se retira con ellas a lugares donde, su pelea, no pueda causar daños; no es hasta días después, que se le ve de regreso, triunfante, con su rescatado entre brazos.
Pues la lucha de Dr. Format vs. Evil Bebelax, haciendo relevos con los controladores no reconocidos y los dispositivos incompatibles, se alargo más de lo común. Fueron noches de angustía para el Dr. Format, porque cuando pensaba que al fin había liberado a Bebelax, los controladores o los dispositivos la hacían lenta o la hacían fallar. Más frustrado que el Cuate Mochas después de elecciones presidenciales, el Dr. Format trató todo lo que pudo, puso en práctica todas sus mañanas, preguntó a los demás técnicos... pero nada surtía efecto.
Cuando la frustración le estaba sacando canas verdes, hacía que se cayeran las cejas y resurgiera la gastritis... en un instante de distracción, descubrió lo que evitaba la liberación de Bebelax. Sin más, cambió de discos de instalación, bajó "The Ultimate Driver for USB Network Adapter for This Little #$#$%#&" y con unos pases de pantallas, logró sacar de su mal estado a Bebelax.
Bebelax ahora goza de un inmejorable performance (digo, para un modelo que ni la compañía que la armó sabe qué existe, está realmente bien). Después de un merecido descanso, regresará a los brazos de su querida ama... que está muy preocupada por su pronto regreso, quizá porque tiene que terminar sus trabajos finales (ouch!).
Sin embargo, Dr. Format, seguirá en su interminable lucha por limpiar las maquinas de esos códigos maliciosos, spyware, basura de registro y sistemas operativos más parchados que prosituta de pueblo chico.
-----------
Bueno Pollito, ahí está otra historia de Servicio Técnico, de las que tanto te gustan.
Vaquita... ¿qué tiempos tan raros, no?
La primera vez que escuché 'desalmado' fue en la serie animada de "Flash Gordon". Se me hacía muy curioso que una persona tan poderosa como Ming no tuviera armas; no pregunten por qué relacionaba 'desalmado' con 'desarmado'. Por un momento pensé que le decían así porque era tan malvado, que no necesitaba armas para hacer de las suyas.
En fin, eso quedó en los recuerdos de hace... bueno, ¡no importa! No inspirado en Ming, pero sí en el terror de Vakita, decidí ponerme "El Desalmado Dr. Format". Ese es el sobrenobre que utilizo en el bajo mundo del Servicio Técnico. Mi sensei, Polo, es conocido como "Mr. Format"; de él recibí la sabiduría, el conocimiento que toda persona que da servicio técnico debe saber:
- Siempre se desconecta el cable de voltaje de la maquina antes de abrirla.
- No se usa reloj, ni objectos metálicos, mucho menos buenos conductores de energía a la hora de manipular una computadora abierta.
- El gabinete es distinto del CPU; ¡llámalo así!
- Nunca toques el CPU.
- Nunca toques la fuente de poder.
- Nunca toques el osciloscopio de un monitor abierto.
- De ahí, toca todo lo que quieras.
- Quema los cds que olvidan los clientes en sus maquinas. Si no tienes quemador, usa el de ellos.
- Presta, pero no regales... partes. (uh?)
- Si es windows, no lo parches.
- Si te da el mismo error tres veces, formatea.
- Antes de formatear, respalda la información de tu vic... digo, cliente.
- Nunca te hagas de responsable de la información; les haces un favor al respaldar su valiosa información que no tienen respaldada.
- Los clientes son almas en pena, que en su pecado llevan la penitencia. Nosotros somos los exorcistas. ('De verdad, no le moví nada. Cuando la prendí apareció eso')
- Cuentas claras, clientes que regresan.
- ... entre muchas otras cosas del quehacer del servicio técnico.
Lo que era más enfermo de mi sensei, es que se supiera de memoria los seriales (originales, de fabrica, nada de '1-2-3' de antes) de las versiones de Windows, Office y Works. Supiera donde estaba hasta el último tornillo que no utilizaba. Todos los teléfonos para conectarse al ISP del changarro (ah, porque también el negocio daba servicio de Internet por dial-up) y las cuentas de los usuarios nuevos; de hecho, llegaba, sorteaba su lista mentalmente y configuraba el sistema, sin repetir usuarios.
En fin, el hard core del negocio del soporte técnico, lo aprendí con él.
Pues en casi 9 años de trabajo en servicio técnico (wow, ya tengo carrera), sólo 2 computadoras se me han resistidio: la de una prima y la de un negocio. Confiezo que ambas fuera excepciones, que de haber tenido un poco más de tiempo y menos stress de parte de mis victimados, hubiera podido arreglarlo.
En todo ese tiempo, nadie me había nombrado de una manera particular, a pesar de mis grandes azañas técnicas y de soporte. Hasta que un día, Vaquita, se quejó que su computadora no funcionaba muy bien. Sin buscarle mucho, le dí mi diagnóstico: tenía muchas aplicaciones de fábrica que echaban a perder el performance de la computadora; solución: formatear e instalar desde cero. No se pueden imaginar la angustia de Vaquita; parecía que acaba de decirle que tenía SIDA o si viera que una manada de zombies hambrientos de su cerebro se acercará, sin olvidar la escena de fuego y asufre cayendo sobre la banca de La Carreta donde nos encontrabos. Ahí fue donde descubrí el terror que la gente siente al escuchar 'formatear'. No sé, pero creo que entienden algo cómo: "Has sido muy malo con tu computadora. ¡Ve! La tienes echa un asco y por eso tenemos que formatear... será tu castigo". Y pues no, en realidad no necesariamente es eso, pero bueno, creo que no viene al caso hablar de la 'purificación'.
Vaquita se encargó de que incluso ingenieros de MIT le dieran diagnóstico (véridico, ¿eh? Y tengo testigos, dispuestos a declarar en una corte si es necesario) sobre su atormetada maquina, a la cual - según lo que entendí - yo buscaba atormentar más. El MIT dijo lo mismo; Vaquita, aceptó que pudiera tener razón, pero que no haría pasar por ese sufrimiento indescriptible a su nonata lap. Creo que entre comentarios y juegos posteriores sobre el hecho, surgió ese sobrenombre: "El Desalmado Dr. Format".
De todos modos, la pequeña lap de Vaquita cayó en mis garras (es que en esos días no me había cortado las uñas), porque tenía un problema para conectarse a la red. Y pues no le di kranky (sí, esa se me fue viva), sobretodo porque Vaquita me lo había prohibido; además, no era necesario. No fue trivial, pero triunfé.
La semana pasada, Ale me pasó su compu, porque tenía 4 virus, dándole guerra a su registro y otras aplicaciones. Pues Dr. Format apareció para desaparecer esa escoria inmunda de la memoria de Bebelax (estoy seguro que Ale no ha bautizado su lap, pero no puedo evitar tratar de ponerles nombre). Aquí vale la pena decir, que Dr. Format tiene largas batallas contra las maquinas poseidas y los demonios electrónicos que las atacán. Por ello, se retira con ellas a lugares donde, su pelea, no pueda causar daños; no es hasta días después, que se le ve de regreso, triunfante, con su rescatado entre brazos.
Pues la lucha de Dr. Format vs. Evil Bebelax, haciendo relevos con los controladores no reconocidos y los dispositivos incompatibles, se alargo más de lo común. Fueron noches de angustía para el Dr. Format, porque cuando pensaba que al fin había liberado a Bebelax, los controladores o los dispositivos la hacían lenta o la hacían fallar. Más frustrado que el Cuate Mochas después de elecciones presidenciales, el Dr. Format trató todo lo que pudo, puso en práctica todas sus mañanas, preguntó a los demás técnicos... pero nada surtía efecto.
Cuando la frustración le estaba sacando canas verdes, hacía que se cayeran las cejas y resurgiera la gastritis... en un instante de distracción, descubrió lo que evitaba la liberación de Bebelax. Sin más, cambió de discos de instalación, bajó "The Ultimate Driver for USB Network Adapter for This Little #$#$%#&" y con unos pases de pantallas, logró sacar de su mal estado a Bebelax.
Bebelax ahora goza de un inmejorable performance (digo, para un modelo que ni la compañía que la armó sabe qué existe, está realmente bien). Después de un merecido descanso, regresará a los brazos de su querida ama... que está muy preocupada por su pronto regreso, quizá porque tiene que terminar sus trabajos finales (ouch!).
Sin embargo, Dr. Format, seguirá en su interminable lucha por limpiar las maquinas de esos códigos maliciosos, spyware, basura de registro y sistemas operativos más parchados que prosituta de pueblo chico.
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Bueno Pollito, ahí está otra historia de Servicio Técnico, de las que tanto te gustan.
Vaquita... ¿qué tiempos tan raros, no?
lunes, 25 de abril de 2005
No sé... pero algo quiero escribir
"No quiero que sepan mis penas.
Porque, si me ven llorando, moriran".
Así va una canción, que quién haya tenido infancia y visto a Chabelo, sabrá. Siempre me pregunté qué querría decir eso, qué podría ser tan fuerte para 'matar' a alguien, sólo de ver llorar a otra persona.
Antes que nada, quiero decir algunas cosas que disfrute durante el fin de semana, los cuales son muy salvables y, cómo siempre, me gusta agradecer a sus protagonistas:
Sin embargo, hubo sus detalles. Por ejemplo, una computadora que se me resiste. Desgraciadamente, no la tuve lista para cuando pensé, porque entre más viejo es un modelo, más difícil es la instalación, por las chorrocientas razones que ustedes quieran. (Ale, de verdad, sorry, sorry, sorry... luego te lo compenzo). No quiero platicarles las peripecias que me ha hecho pasar, pero bueno, ya queda hoy. Lo que más pena me da es que de verdad la necesitan, pero no ha sido mi inteción que no esté lista (Perdón, perdón, perdón...).
También, una pseudo-depre que me atacó el sábado por la madrugada y desapareció más o menos a la hora de las comida. ¡Esas gorditas! Quisó regresar después - la depre -, pero 'Dawn of War' (gracias Jorge) resultó ser muy buen remedio.
Luego, me cae el veinte de los 3 proyectos y el examen para llevar para esta semana; ¿a qué hora los voy a terminar? Digo, aunque no sean como el proyecto que me estaba chutando en la chamba, no dejan de ser 'enemigo pequeño'; mucho menos un examen. Y no me quejo, sólo me angustía la escases de tiempo.
El domingo, con novedades antes de levantarme de la cama... pero eso es harina de otro costal, que tendré que ventilar con los involucrados.
Para terminar de "#%$%/%&, hoy me levanto como todos los días para ir a la chamba. El Chahuistle caminaba por la calle sin molestar a nadie, viendo a las chicas pasar (con sus gafas obscuras, disque para que no sepan que se van echando el taco de ojo contigo); llegó al lugar donde había dejado estacionado al Chahuismovil la tarde anterior y... the God damn car don't have battery! Así es, el #$%&$&/ carro no tenía batería. Motivo: desconocido. Lo más sabroso es que es el lunes (con el jueves) es de los días que menos tiempo tengo en las tardes. A ver qué sale, pero me saca de onda. Ahora me preocupa que traiga un corto por ahí; más detalles.
Hoy llego a la chamba - como ustedes podrán imaginarse - tarde. Por lo visto, ahora si, ya no soy indispensable en el proyecto de antes, pero no me deja con buen sabor de boca. Entonces, me siento frente a "La Negra" (la sustituta de "Junky", que resultó ser muy noble) y noto, entre otras cosas, que ya comenzó a dar problemas. ¿Por qué Dios, por qué las computadoras se parcen a la mujeres? ¿Por qué cuando todo parece ir bien, de repente empiezan a salir con problemas? La Negra ya comenzó con problemas de memoria y de acceso; al rato, van a ser problemas de performance y eso echa a perder la relación.
Esa es la puntita del iceberg. Porque hay muchas, muchas cosas; algunas las han leído, otras se las he platicado. Pero para alguien que el último año y medio lo ha perseguido una serie de eventos desafortunados (ja, la pirateada), en el primer día de la semana le venga un presagio, pues no le anima mucho la existencia. Lo peor, es que se va a poner peor... mucho peor.
Pero bueno, no me gusta ser de las personas que ponen su cara de perro triste (o marrana deprimida) para que se le acerquen o sientan lástima. Aunque es malo guardarse las cosas, por eso me desahogo, aunque sea escribiendo. No se preocupen, sólo queda una semana, sólo una. Para mayo todo va a ser diferente, muy diferente. He sobrevivido peores, sobreviviré esto.
Uuuffff... ya pasó. Bueno, va a pasar... ¿o va pasando? Hay un chorro de cosas chidas que me esperan esta semana: terminar la capacitación en el trabajo, el examen de teatro, la limpieza del cuarto...
Porque, si me ven llorando, moriran".
Así va una canción, que quién haya tenido infancia y visto a Chabelo, sabrá. Siempre me pregunté qué querría decir eso, qué podría ser tan fuerte para 'matar' a alguien, sólo de ver llorar a otra persona.
Antes que nada, quiero decir algunas cosas que disfrute durante el fin de semana, los cuales son muy salvables y, cómo siempre, me gusta agradecer a sus protagonistas:
- La comida con Sensei (Gracias Rod, aunque espero que de verdad todo haya quedado claro).
- El rato con Jorge y Beto.
- La ida a Gandhi (Lean el Bestiario de Cortázar, es la neta).
- La película con Ale y Jorge (Pero yo escojo la película la próxima vez).
- La ida al billar.
- El que me confundan con René (???).
- Las gorditas... de Doña de Tota.
- La película en el cuarto (Chalo, ¿te está gustando la película?, ¿Chalo?).
- La comida con Taden y Hugo (¡Andamos marranos! Oink, oink).
- El concierto Ensable (Sólo por la rolas de Dream).
- La charla con Gaby (Aunque no creo que sea el lugar para decir todo lo que pasó por mí).
Sin embargo, hubo sus detalles. Por ejemplo, una computadora que se me resiste. Desgraciadamente, no la tuve lista para cuando pensé, porque entre más viejo es un modelo, más difícil es la instalación, por las chorrocientas razones que ustedes quieran. (Ale, de verdad, sorry, sorry, sorry... luego te lo compenzo). No quiero platicarles las peripecias que me ha hecho pasar, pero bueno, ya queda hoy. Lo que más pena me da es que de verdad la necesitan, pero no ha sido mi inteción que no esté lista (Perdón, perdón, perdón...).
También, una pseudo-depre que me atacó el sábado por la madrugada y desapareció más o menos a la hora de las comida. ¡Esas gorditas! Quisó regresar después - la depre -, pero 'Dawn of War' (gracias Jorge) resultó ser muy buen remedio.
Luego, me cae el veinte de los 3 proyectos y el examen para llevar para esta semana; ¿a qué hora los voy a terminar? Digo, aunque no sean como el proyecto que me estaba chutando en la chamba, no dejan de ser 'enemigo pequeño'; mucho menos un examen. Y no me quejo, sólo me angustía la escases de tiempo.
El domingo, con novedades antes de levantarme de la cama... pero eso es harina de otro costal, que tendré que ventilar con los involucrados.
Para terminar de "#%$%/%&, hoy me levanto como todos los días para ir a la chamba. El Chahuistle caminaba por la calle sin molestar a nadie, viendo a las chicas pasar (con sus gafas obscuras, disque para que no sepan que se van echando el taco de ojo contigo); llegó al lugar donde había dejado estacionado al Chahuismovil la tarde anterior y... the God damn car don't have battery! Así es, el #$%&$&/ carro no tenía batería. Motivo: desconocido. Lo más sabroso es que es el lunes (con el jueves) es de los días que menos tiempo tengo en las tardes. A ver qué sale, pero me saca de onda. Ahora me preocupa que traiga un corto por ahí; más detalles.
Hoy llego a la chamba - como ustedes podrán imaginarse - tarde. Por lo visto, ahora si, ya no soy indispensable en el proyecto de antes, pero no me deja con buen sabor de boca. Entonces, me siento frente a "La Negra" (la sustituta de "Junky", que resultó ser muy noble) y noto, entre otras cosas, que ya comenzó a dar problemas. ¿Por qué Dios, por qué las computadoras se parcen a la mujeres? ¿Por qué cuando todo parece ir bien, de repente empiezan a salir con problemas? La Negra ya comenzó con problemas de memoria y de acceso; al rato, van a ser problemas de performance y eso echa a perder la relación.
Esa es la puntita del iceberg. Porque hay muchas, muchas cosas; algunas las han leído, otras se las he platicado. Pero para alguien que el último año y medio lo ha perseguido una serie de eventos desafortunados (ja, la pirateada), en el primer día de la semana le venga un presagio, pues no le anima mucho la existencia. Lo peor, es que se va a poner peor... mucho peor.
Pero bueno, no me gusta ser de las personas que ponen su cara de perro triste (o marrana deprimida) para que se le acerquen o sientan lástima. Aunque es malo guardarse las cosas, por eso me desahogo, aunque sea escribiendo. No se preocupen, sólo queda una semana, sólo una. Para mayo todo va a ser diferente, muy diferente. He sobrevivido peores, sobreviviré esto.
Uuuffff... ya pasó. Bueno, va a pasar... ¿o va pasando? Hay un chorro de cosas chidas que me esperan esta semana: terminar la capacitación en el trabajo, el examen de teatro, la limpieza del cuarto...
viernes, 22 de abril de 2005
Nuestras 'partes'
Recientemente descubrí lo poco acostumbrados que estamos a nombrar las partes del cuerpo. Creo que aunque desde tiempos remotos - hablemos de tiempos de primero de primaria - nos han enseñado cómo se llaman nuestras partes (eso me recuerda otra anécdota, ¿verdad Jorge?) del cuerpo, a la edad de universitarios, se nos hace... ¿fuerte?, llamarlas por su nombre.
Entre otras partes, cabe destacar: pene, vagina y nalgas - por mencionar algunos. Así es amables lectores, pene, vagina y nalgas, ah, y senos, son partes del cuerpo que esperamos nunca referirnos a ellas, para no pasar por el mal rato de mencionar sus nombres.
Pues déjenme, sin costo extra, les aporto algo: ¡Así se llaman! Hay cientos de formas de llamarlas. A los senos, bubys; al pene, pajarito (también como pirrín, pito, panchito, soldado, cabezón, entre otros, que por miedo que lea Fernanda esto, hay otro sobre nombre que no puedo mencionar); a las nalgas... ¿cómo le dicen a las nalgas? ¿Trasero? ¿Defensa posterior? No, mejor aun: glú-te-os.
¿Por qué nos avergonzamos de llamar las 'cosas' por su nombre? Si crees en Dios, tú, lector, lectora (eso es de Germán Dehesa, que espero esté leyendo esto), sabemos que nos hizo a su imagen y semejanza; y si Dios hizo al hombre, dándole este cuerpo, pues, él nos puso el pene, la vagina, los senos y las nalgas, ¿no? El hombre no se las pegó después, digo, ni que fuéramos LEGO para estarnos cambiando partes.
Además, es nuestro cuerpo y creo que lo tendremos hasta dejar esta vida (belive it or not); por lo tanto, traeremos colgado nuestras partesitas por el resto de nuestros días. ¿Por qué no acostumbranos a llamarlas por su nombre? Porque siempre nos referimos a nuestrar partes por su nombre: 'me duele la cabeza', 'se me durmió el pie', 'me machucaron la mano', 'me corté un dedo', sólo por mencionar algunos ejemplos de cómo comunmente llamamos por su nombre a las 'cosas'.
Claro, la pregunta obvia en este punto es: ¿saldremos a la calle a gritar el nombre de nuestras partes? No, la neta no, no se trata de eso. Se trata de que no se saquen de onda, por ejemplo, cuando leamos su nombre o las oigan mencionar. También se trata de quitarles ese mal nombre que tienen, o sea, ¿por qué descriminarlos?
Lo curioso es que estas partes, de alguna forma u otra, se relacionan con el proceso de excretar (excepto los senos); quizá sea ese un motivo por el cual se evita hablar de ellas o se hace con tanto recato. Pero recuerden una cosa: el sudor, también es un desecho de nuestro cuerpo. ¿Saben por donde sale el sudor? (Ahí es donde ustedes, lectores, dicen en voz alta o piensan: "la piel") Aja, ¿y saben qué parte de nuestro cuerpo es eso y qué tanto abarca? (Ahí es donde se rien y dicen: "todo el cuerpo por afuera") . Por lo tanto, ¿por qué no nos cuesta trabajo llamar a la piel por su nombre?
Otro detalle curioso es que la piel, como el pene, la vagina, las nalgas y los senos, son partes de nuestro cuerpo, que todos (en sus gustos y preferencias) queremos alcanzar en otras personas. Cualquier mentiría si dijera que nunca, por lo menos, ha deseado acariciar la piel (sí, sólo la piel) de la mano de la persona que le gusta, quiere ó ama, entre otras 'cosas'.
Entonces, si P -> Q ( '->' significa implica) y Q -> R... podríamos decir que los seres humanos somos unos enfermos - si necesita explicación de esta tautología, favor de acudir a su ingeniero, matemático o psicólogo más cercano. Pero eso no cambia nada, nos debemos sentir orgullosos de nuestras 'partes' y aprender a llamarlas por su nombre... siempre.
El teatro nos enseña que el cuerpo es la herramienta de trabajo del actor. Por eso, el actor debe conocer y aceptar su cuerpo, porque sólo así puede desenvolverse en escena. Además, el cuerpo, nuestro cuerpo, con todos sus defectos, es nuestro, como pocas cosas en nuestra vida - que por cierto, no es nuestra.
Siéntase orgulloso de sus partes, no importa si hay mucho o poco de ellas, si son como le gustaría o se le hace difícil nombrarlas. Recuerde que son suyas... aunque a veces las preste.
PD: ¿Qué sobrenombre le dan a la vagina, niñas?
Entre otras partes, cabe destacar: pene, vagina y nalgas - por mencionar algunos. Así es amables lectores, pene, vagina y nalgas, ah, y senos, son partes del cuerpo que esperamos nunca referirnos a ellas, para no pasar por el mal rato de mencionar sus nombres.
Pues déjenme, sin costo extra, les aporto algo: ¡Así se llaman! Hay cientos de formas de llamarlas. A los senos, bubys; al pene, pajarito (también como pirrín, pito, panchito, soldado, cabezón, entre otros, que por miedo que lea Fernanda esto, hay otro sobre nombre que no puedo mencionar); a las nalgas... ¿cómo le dicen a las nalgas? ¿Trasero? ¿Defensa posterior? No, mejor aun: glú-te-os.
¿Por qué nos avergonzamos de llamar las 'cosas' por su nombre? Si crees en Dios, tú, lector, lectora (eso es de Germán Dehesa, que espero esté leyendo esto), sabemos que nos hizo a su imagen y semejanza; y si Dios hizo al hombre, dándole este cuerpo, pues, él nos puso el pene, la vagina, los senos y las nalgas, ¿no? El hombre no se las pegó después, digo, ni que fuéramos LEGO para estarnos cambiando partes.
Además, es nuestro cuerpo y creo que lo tendremos hasta dejar esta vida (belive it or not); por lo tanto, traeremos colgado nuestras partesitas por el resto de nuestros días. ¿Por qué no acostumbranos a llamarlas por su nombre? Porque siempre nos referimos a nuestrar partes por su nombre: 'me duele la cabeza', 'se me durmió el pie', 'me machucaron la mano', 'me corté un dedo', sólo por mencionar algunos ejemplos de cómo comunmente llamamos por su nombre a las 'cosas'.
Claro, la pregunta obvia en este punto es: ¿saldremos a la calle a gritar el nombre de nuestras partes? No, la neta no, no se trata de eso. Se trata de que no se saquen de onda, por ejemplo, cuando leamos su nombre o las oigan mencionar. También se trata de quitarles ese mal nombre que tienen, o sea, ¿por qué descriminarlos?
Lo curioso es que estas partes, de alguna forma u otra, se relacionan con el proceso de excretar (excepto los senos); quizá sea ese un motivo por el cual se evita hablar de ellas o se hace con tanto recato. Pero recuerden una cosa: el sudor, también es un desecho de nuestro cuerpo. ¿Saben por donde sale el sudor? (Ahí es donde ustedes, lectores, dicen en voz alta o piensan: "la piel") Aja, ¿y saben qué parte de nuestro cuerpo es eso y qué tanto abarca? (Ahí es donde se rien y dicen: "todo el cuerpo por afuera") . Por lo tanto, ¿por qué no nos cuesta trabajo llamar a la piel por su nombre?
Otro detalle curioso es que la piel, como el pene, la vagina, las nalgas y los senos, son partes de nuestro cuerpo, que todos (en sus gustos y preferencias) queremos alcanzar en otras personas. Cualquier mentiría si dijera que nunca, por lo menos, ha deseado acariciar la piel (sí, sólo la piel) de la mano de la persona que le gusta, quiere ó ama, entre otras 'cosas'.
Entonces, si P -> Q ( '->' significa implica) y Q -> R... podríamos decir que los seres humanos somos unos enfermos - si necesita explicación de esta tautología, favor de acudir a su ingeniero, matemático o psicólogo más cercano. Pero eso no cambia nada, nos debemos sentir orgullosos de nuestras 'partes' y aprender a llamarlas por su nombre... siempre.
El teatro nos enseña que el cuerpo es la herramienta de trabajo del actor. Por eso, el actor debe conocer y aceptar su cuerpo, porque sólo así puede desenvolverse en escena. Además, el cuerpo, nuestro cuerpo, con todos sus defectos, es nuestro, como pocas cosas en nuestra vida - que por cierto, no es nuestra.
Siéntase orgulloso de sus partes, no importa si hay mucho o poco de ellas, si son como le gustaría o se le hace difícil nombrarlas. Recuerde que son suyas... aunque a veces las preste.
PD: ¿Qué sobrenombre le dan a la vagina, niñas?
lunes, 18 de abril de 2005
Aquello que envidio
Las parejas, eso es una de las cosas que envidio, al menos en este momento.
Envidio la manera en cómo se abrazan y se miran; las cosas que hablan, por cursis que sean. Los mensajes cada cinco minutos, las chorrocientas llamadas diarias. Las charlas interminables por teléfono. La mirada de ellas que los derrite a ellos; el timbre de voz de ellos que alborota las entrañas de ellas. El disfrutar el aroma de ellas y el cabello de ellos.
Envidio las parejas cuando van tomadas de la mano; pero envidio más aquellos que yendo de la mano, en su cara se nota lo mucho que lo disfrutan. Envidio aquellos que les cambia la voz cuando contestan el teléfono y, por más duros, se convierten en cachorros mimados. Que digan "yo también" cuando le dicen te quiero, y cuando dicen "te quiero" después de un silencio.
Envidio verlos sentados, riéndose y dándo besos a discresión. Verlos acostados en las piernas de su pareja o tirados juntos en el césped. Estar abrazados largo tiempo, sin decir nada; cuando van caminando, ella abrazada de su brazo y su cabeza encontrar su lugar en el hombro de él. Envidio los que celebran cualquier aniversario como si fueran la primera vez que salen. Aquellos que comparten su íntimidad sin pena, ni compromiso o vanalidad.
Envidio esos largos besos, sobretodo aquellos en que la lengua de uno toca los labios del otro. También esos besos a mordidas. La emoción de verse, aunque han sido unas horas las que no se han visto. De los detalles: las flores, los post-its en el carro, los chocolates, el helado como tierra de maseta, las cenas sorpresas, las serenatas, los osos, los conciertos, las muñecas, etc. Envidio los poemas cursis, las canciones dedicadas en la radio y cuando se pasan a buscar al final de una clase.
Envidio cuando se quedan callados y sólo se ven, disfrutando sólo el hecho de estar ahí. Los letreros con "Te Amo", las fotos juntos o las tarjetas con mensajes. El "nosotros", "juntos para siempre" y "Eres lo mejor que me ha pasado". Las salidas a solas y ver la tele abrazados; el salir con los amigos y que todos sepan que son pareja. El "mi bebé", "mi amor", "chaparra", "cosita" y los demás sobrenombres. Cuando ella dice que es de él; cuando él dice que no hay nadie que lo haga más feliz.
Pero sobretodo envidio las parejas que son para siempre, aquellas que realmente se aman y crecen juntos; aquellos que se descubren todos los días, que entre más se conocen, más se aman. Envidio a los 'rotos' que encuentran a sus 'descocidos', los hayan a su 'media naranja'. Los que son fieles a pesar de la distancia y las circunstancias.
Dicen que envidiar es malo, que es pecado. Yo creo que envidiar es querer lo que no se tiene; porque todos envidiamos cosas buenas para nosotros, malo cuando se vuelve nuestro motivo de vida. Yo envidio a las parejas, porque no soy pareja de nadie. Pero todo está bien, algún día alguien habrá a mi lado y será alguien más quien me envidie... mientras, podré disfrutar todo lo que ahora envidio.
Envidio la manera en cómo se abrazan y se miran; las cosas que hablan, por cursis que sean. Los mensajes cada cinco minutos, las chorrocientas llamadas diarias. Las charlas interminables por teléfono. La mirada de ellas que los derrite a ellos; el timbre de voz de ellos que alborota las entrañas de ellas. El disfrutar el aroma de ellas y el cabello de ellos.
Envidio las parejas cuando van tomadas de la mano; pero envidio más aquellos que yendo de la mano, en su cara se nota lo mucho que lo disfrutan. Envidio aquellos que les cambia la voz cuando contestan el teléfono y, por más duros, se convierten en cachorros mimados. Que digan "yo también" cuando le dicen te quiero, y cuando dicen "te quiero" después de un silencio.
Envidio verlos sentados, riéndose y dándo besos a discresión. Verlos acostados en las piernas de su pareja o tirados juntos en el césped. Estar abrazados largo tiempo, sin decir nada; cuando van caminando, ella abrazada de su brazo y su cabeza encontrar su lugar en el hombro de él. Envidio los que celebran cualquier aniversario como si fueran la primera vez que salen. Aquellos que comparten su íntimidad sin pena, ni compromiso o vanalidad.
Envidio esos largos besos, sobretodo aquellos en que la lengua de uno toca los labios del otro. También esos besos a mordidas. La emoción de verse, aunque han sido unas horas las que no se han visto. De los detalles: las flores, los post-its en el carro, los chocolates, el helado como tierra de maseta, las cenas sorpresas, las serenatas, los osos, los conciertos, las muñecas, etc. Envidio los poemas cursis, las canciones dedicadas en la radio y cuando se pasan a buscar al final de una clase.
Envidio cuando se quedan callados y sólo se ven, disfrutando sólo el hecho de estar ahí. Los letreros con "Te Amo", las fotos juntos o las tarjetas con mensajes. El "nosotros", "juntos para siempre" y "Eres lo mejor que me ha pasado". Las salidas a solas y ver la tele abrazados; el salir con los amigos y que todos sepan que son pareja. El "mi bebé", "mi amor", "chaparra", "cosita" y los demás sobrenombres. Cuando ella dice que es de él; cuando él dice que no hay nadie que lo haga más feliz.
Pero sobretodo envidio las parejas que son para siempre, aquellas que realmente se aman y crecen juntos; aquellos que se descubren todos los días, que entre más se conocen, más se aman. Envidio a los 'rotos' que encuentran a sus 'descocidos', los hayan a su 'media naranja'. Los que son fieles a pesar de la distancia y las circunstancias.
Dicen que envidiar es malo, que es pecado. Yo creo que envidiar es querer lo que no se tiene; porque todos envidiamos cosas buenas para nosotros, malo cuando se vuelve nuestro motivo de vida. Yo envidio a las parejas, porque no soy pareja de nadie. Pero todo está bien, algún día alguien habrá a mi lado y será alguien más quien me envidie... mientras, podré disfrutar todo lo que ahora envidio.
jueves, 7 de abril de 2005
El Ser Conciente
Definitivamente, conversar con otras personas (y no, no es lógico que conversar sea sólo con otras personas, pues se puede conversar con uno mismo) nos hace aprender nuevas cosas, darnos cuenta de otras y fortalecer o remplantear lo conocido.
Nos encontrabamos en casa de Beto, en una reunión (que hasta ese momento, era muy tranquila), cuando Ale y Perla comenzaron a charlar sobre el tema de las chicas que estudian y sus intenciones en casarse. Después de debrayar un rato, la platica profundizo (¿o se elevó?) en que entrar a la universidad a EMC (Estudiar Mientras me Caso) era una perdida de tiempo, pero sobretodo qué si ese tipo de comportamiento era realmente justificable y sana. Mi opinión estricta sobre el asunto es: las chavas que están en esta situación no son concientes de ellas mismas, ni el mundo que las rodea. Argumenté que si los seres humanos fueramos concientes de nosotros mismos (por lo menos) y del mundo que nos rodea, seguramente el mundo sería mejor y encontrariamos la felicidad de manera personal.
Perla es una niña muy sana, de hecho, no fuma, ni toma. Entonces dijo algo como: "Tienes razón; si la gente que fuma fuera conciente del daño que se hace, no fumaría". En este punto, Perla tiene mucha razón. Cuanto más concientes somos de las cosas que hacemos, sabemos el resultado que estás pueden tener y si nos son beneficiosas o no.
Así, ser conciente de uno mismo, a la vez nos hace concientes de lo que nos rodea. Ejemplo: hacer un comentario. El comentario que quieran, de lo que quieran, donde quieran, con quien quieran; ¿cuántas veces se detienen a pensar el resultado de ese comentario? Personalmente, se me han salido chistes sobre homosexuales, frente a homosexuales y no es muy cómodo. De hecho, en esa ocasión me di cuenta que tenemos un esquema mental tan fuerte a veces, que es difícil detenerte a pensar en lo que dices. La mayor parte del tiempo tenemos una impresión de algo y lo primero que nos viene a la mente, eso es lo que decimos ó actuamos llevados por el inpulso de ello.
Otro ejemplo del esquema mental que tenemos al hablar sin ser concientes, es cuando preguntamos: "¿Cómo estás?". ¿Cuántas veces hacemos esa pregunta con el significado que esta tiene? Sencillamente la hacemos como una cuestión de protocolo; la hacemos sólo esperando: "Bien, ¿y tú?".
De lo anterior, puediera partir a varios caminos. Si me preguntan "¿cómo estás?", respondo cómo estoy: me siento mal porque tengo gripa, estoy 'depre', estoy a todo dar, ocupado, estoy molesto, etc; si lo preguntan, es porque lo quiren saber, ¿no?. Si la persona que me lo pregunta no esperaba esa respuesta, si no "bien, ¿y tú?", pues qué pena. En el otro sentido, si pregunto "¿cómo estás?", espero que me respondan con el verdadero estado de a quién va la pregunta. Claro, a veces depende de quién lo pregunte, no seré tan sincero al responder; si lo pregunto, me esmero por leer las señas detrás de un "bien, ¿y tú?". Hasta en eso hay que ser concientes.
Yendo a otros ambitos, si me preguntan tienes hambre y digo que no, aunque tenga hambre, debo de aceptar que me quedaré sin comer. De ahí viene otro asunto interesante: siendo concientes (o no) de lo que decimos y hacemos, debemos aceptar la responsabilidad de estos. Si alguien que está depre dice: "Estoy bien, gracias", debe aceptar que si nadie le pone atención al respecto, es porque dijo que estaba bien. ¿Por qué sacar conclusiones más allá?, ¿por qué quere cualificar si una persona hace bien en decir algo, cuando realmente le ocurre todo lo contrario? Cada quién se hace responsable de lo que dice y hace.
Personalmente, tengo la filosofía de no meterme en los asuntos de los demás. Por mi parte, me gusta resolver mi vida a mi manera, solo. Cuando necesito de la ayuda de alguien, la pido; si no la necesito, no me quejo de que no me ayuden. Así, como dijo el hombre más grande de todos los tiempo, ' mi no es no y mi sí es sí'. Si digo, "está bien, no te preocupes" quiero decir precisamente eso; si me pregutan "¿cómo estás?", diré precisamente cómo me siento. Si la gente aun así intentará leerme, pues sólo esperaría que se hiciera responsable de esa decisión, es decir, de opinar y/o averiguar lo que realmente quiero decir.
En fin, frente a la respuesta de Perla, Luis dijo: "Quizá. Pero yo sé que fumar me hace daño; pero tomo la responsabilidad que conlleva".
Nos encontrabamos en casa de Beto, en una reunión (que hasta ese momento, era muy tranquila), cuando Ale y Perla comenzaron a charlar sobre el tema de las chicas que estudian y sus intenciones en casarse. Después de debrayar un rato, la platica profundizo (¿o se elevó?) en que entrar a la universidad a EMC (Estudiar Mientras me Caso) era una perdida de tiempo, pero sobretodo qué si ese tipo de comportamiento era realmente justificable y sana. Mi opinión estricta sobre el asunto es: las chavas que están en esta situación no son concientes de ellas mismas, ni el mundo que las rodea. Argumenté que si los seres humanos fueramos concientes de nosotros mismos (por lo menos) y del mundo que nos rodea, seguramente el mundo sería mejor y encontrariamos la felicidad de manera personal.
Perla es una niña muy sana, de hecho, no fuma, ni toma. Entonces dijo algo como: "Tienes razón; si la gente que fuma fuera conciente del daño que se hace, no fumaría". En este punto, Perla tiene mucha razón. Cuanto más concientes somos de las cosas que hacemos, sabemos el resultado que estás pueden tener y si nos son beneficiosas o no.
Así, ser conciente de uno mismo, a la vez nos hace concientes de lo que nos rodea. Ejemplo: hacer un comentario. El comentario que quieran, de lo que quieran, donde quieran, con quien quieran; ¿cuántas veces se detienen a pensar el resultado de ese comentario? Personalmente, se me han salido chistes sobre homosexuales, frente a homosexuales y no es muy cómodo. De hecho, en esa ocasión me di cuenta que tenemos un esquema mental tan fuerte a veces, que es difícil detenerte a pensar en lo que dices. La mayor parte del tiempo tenemos una impresión de algo y lo primero que nos viene a la mente, eso es lo que decimos ó actuamos llevados por el inpulso de ello.
Otro ejemplo del esquema mental que tenemos al hablar sin ser concientes, es cuando preguntamos: "¿Cómo estás?". ¿Cuántas veces hacemos esa pregunta con el significado que esta tiene? Sencillamente la hacemos como una cuestión de protocolo; la hacemos sólo esperando: "Bien, ¿y tú?".
De lo anterior, puediera partir a varios caminos. Si me preguntan "¿cómo estás?", respondo cómo estoy: me siento mal porque tengo gripa, estoy 'depre', estoy a todo dar, ocupado, estoy molesto, etc; si lo preguntan, es porque lo quiren saber, ¿no?. Si la persona que me lo pregunta no esperaba esa respuesta, si no "bien, ¿y tú?", pues qué pena. En el otro sentido, si pregunto "¿cómo estás?", espero que me respondan con el verdadero estado de a quién va la pregunta. Claro, a veces depende de quién lo pregunte, no seré tan sincero al responder; si lo pregunto, me esmero por leer las señas detrás de un "bien, ¿y tú?". Hasta en eso hay que ser concientes.
Yendo a otros ambitos, si me preguntan tienes hambre y digo que no, aunque tenga hambre, debo de aceptar que me quedaré sin comer. De ahí viene otro asunto interesante: siendo concientes (o no) de lo que decimos y hacemos, debemos aceptar la responsabilidad de estos. Si alguien que está depre dice: "Estoy bien, gracias", debe aceptar que si nadie le pone atención al respecto, es porque dijo que estaba bien. ¿Por qué sacar conclusiones más allá?, ¿por qué quere cualificar si una persona hace bien en decir algo, cuando realmente le ocurre todo lo contrario? Cada quién se hace responsable de lo que dice y hace.
Personalmente, tengo la filosofía de no meterme en los asuntos de los demás. Por mi parte, me gusta resolver mi vida a mi manera, solo. Cuando necesito de la ayuda de alguien, la pido; si no la necesito, no me quejo de que no me ayuden. Así, como dijo el hombre más grande de todos los tiempo, ' mi no es no y mi sí es sí'. Si digo, "está bien, no te preocupes" quiero decir precisamente eso; si me pregutan "¿cómo estás?", diré precisamente cómo me siento. Si la gente aun así intentará leerme, pues sólo esperaría que se hiciera responsable de esa decisión, es decir, de opinar y/o averiguar lo que realmente quiero decir.
En fin, frente a la respuesta de Perla, Luis dijo: "Quizá. Pero yo sé que fumar me hace daño; pero tomo la responsabilidad que conlleva".
martes, 5 de abril de 2005
De las cosas que pensamos y erramos
Soy muy complicado, cualquiera que me conozca bien, se los podrá decir. Por el otro lado, podrán ver que hay muchos detallitos que alegran y satisfacen. Eso es así, porque de todo quiero sacar su fondo y aprovecharlas al máximo. No sólo pasar y seguir de frente.
En muchas cosas me emociono mucho, pues les doy importancia. Esta motivación viene porque me gusta entender todo desde su raíz, desde su razón de ser. Por lo tanto, también trato de resolverlo. Así, de repente me veo llevado por mis emociones a hacer un sin número de conclusiones (que frecuentemente son ciertas); de hecho, hablo de implicados, sus intenciones, sus pensamientos, la conclusión, lo que debió ser, lo que no debió ser y lo que debería ser.
Este fin de semana dos amigos me desarmaron al hacer esto. Después de hacer una fuerte declaración sobre algo que me pareció sumamente injusto, Beto se acercó y me hizo reflexionar sobre lo qué decía; lo cual me llevó a recordar sentimientos de hace unos dos meses antes, donde había hecho la misma reflexión. Para que no quede muy en secreto acerca de lo que hablo, sepan que a mí parecer se dio injusta ventaja a una persona; mi molestía iba encontra de ella, pero la reflexión que me ayudo a hacer Beto me llevo a recordar que en su momento sabía que esta persona, es una buena persona. Así, sentí una especie de vergüenza al darme cuenta de mis pensamientos.
Esa misma noche, platicando con Jorge, surgió algo con lo que no estaba de acuerdo. Jorge me platicó la inconformidad de un conocido sobre un hecho nuestro. No sé cuanto tiempo teoricé y argumenté; Jorge sólo me dijo: "Dude, ¿por qué te molestas de algo que ya pasó?". En ese momento, mi mente se puso en blanco, olvidé mis argumentos, hasta el por qué estaba discutiendo; cuando quisé seguir hablando, me sentí tonto, que hablaba cosas sin sentido. Entonces, tartamudie, bacilé y tuve que despedirme de Jorge, para irme a dormir, porque de verdad necesitaba descanso de mis pensamientos.
He traído eso en la mente, dándole de vueltas. Trato de averiguar cómo concientizarme de eso, para no hacerlo. Espero encontrar la respuesta, para no decir tantas "·%$%& a la hora de hablar, ahorrarme discursos y mejor preocuparme por escuchar. Pero más que mejorar mi manera de escuchar, mejorar mi autodominio; cuando mejore mi autodominio, seré más paciente. Si soy más paciente, podré querer más a los demás. Si quiero más a los demás, evitaré decir cosas hirientes o sin valor. Si evito decir esas cosas, seré mejor persona... creo que siendo mejor persona, vendrán muchas cosas en qué pensar, para mejorar. Pero, ¿hay algo mejor que hacer en esta vida que superarse así mismo todos los días?
En muchas cosas me emociono mucho, pues les doy importancia. Esta motivación viene porque me gusta entender todo desde su raíz, desde su razón de ser. Por lo tanto, también trato de resolverlo. Así, de repente me veo llevado por mis emociones a hacer un sin número de conclusiones (que frecuentemente son ciertas); de hecho, hablo de implicados, sus intenciones, sus pensamientos, la conclusión, lo que debió ser, lo que no debió ser y lo que debería ser.
Este fin de semana dos amigos me desarmaron al hacer esto. Después de hacer una fuerte declaración sobre algo que me pareció sumamente injusto, Beto se acercó y me hizo reflexionar sobre lo qué decía; lo cual me llevó a recordar sentimientos de hace unos dos meses antes, donde había hecho la misma reflexión. Para que no quede muy en secreto acerca de lo que hablo, sepan que a mí parecer se dio injusta ventaja a una persona; mi molestía iba encontra de ella, pero la reflexión que me ayudo a hacer Beto me llevo a recordar que en su momento sabía que esta persona, es una buena persona. Así, sentí una especie de vergüenza al darme cuenta de mis pensamientos.
Esa misma noche, platicando con Jorge, surgió algo con lo que no estaba de acuerdo. Jorge me platicó la inconformidad de un conocido sobre un hecho nuestro. No sé cuanto tiempo teoricé y argumenté; Jorge sólo me dijo: "Dude, ¿por qué te molestas de algo que ya pasó?". En ese momento, mi mente se puso en blanco, olvidé mis argumentos, hasta el por qué estaba discutiendo; cuando quisé seguir hablando, me sentí tonto, que hablaba cosas sin sentido. Entonces, tartamudie, bacilé y tuve que despedirme de Jorge, para irme a dormir, porque de verdad necesitaba descanso de mis pensamientos.
He traído eso en la mente, dándole de vueltas. Trato de averiguar cómo concientizarme de eso, para no hacerlo. Espero encontrar la respuesta, para no decir tantas "·%$%& a la hora de hablar, ahorrarme discursos y mejor preocuparme por escuchar. Pero más que mejorar mi manera de escuchar, mejorar mi autodominio; cuando mejore mi autodominio, seré más paciente. Si soy más paciente, podré querer más a los demás. Si quiero más a los demás, evitaré decir cosas hirientes o sin valor. Si evito decir esas cosas, seré mejor persona... creo que siendo mejor persona, vendrán muchas cosas en qué pensar, para mejorar. Pero, ¿hay algo mejor que hacer en esta vida que superarse así mismo todos los días?
lunes, 4 de abril de 2005
Eso que dicen las mujeres que no hacen y los hombres queremos ver
Antes que nada, quiero dar las gracias por el entusiasmo que han tenido en leer mi blog. Me alegra, además, ver los comentarios de algunos; no me importa si son buenos o malos - desde luego, todos los tomo en cuenta -, si no el valor que le transmiten a lo escrito, pues se toman tiempo para leerlo y a parte comentar al respecto.
Con respecto al título de mi blog, cabe aclarar algunas cosas antes de comenzar con mi relato. Aunque feno y genotipicamente soy un hombre - hasta lo más recondito de mi ser -, hay muchas cosas comunes a la cultura del hombre que no van conmigo; no es el caso de este blog discutirlas, ni enumerarlas. Sin embargo, hasta donde me conozco (que es bastante), sé que no soy como el común de los hombres. Ahora bien, en el fondo mi instinto masculino de vez en cuando sale y más cuando hay situaciones inesperadas e inevitables.
Y desde ahí parto a lo acaecido hoy. Nos andamos preparando para la presentación de una obra teatro; el director de la obra, a su vez, es maestro de teatro y formalmente imparte clases, obviamente, de teatro. Hoy acomodó el horario del ensayo con su clase de... ¿principiantes? Anyway, el caso es que llegamos los de la compañía al salón y, con nosotros, los alumnos de la clase. Entre los asistentes habían dos chicas: una muy mona, delgadita y de facciones delicadas, de esas chavas que parecen bailarinas de jazz; la otra era una chava que se ve medio aventadona, de buen ánimo y ambiente.
En fin, resulta que después de un 'speach' que se echó el maestro, les pide a los alumnos de su clase se retiren. Estás dos chicas, se encuentran mientras salían y depués de saludarse, la chica mona nota que la otra chava trae muy amplio el escote de la blusa de la otra. "Ay, wey, mira no'mas", ó algo así dijo, al tiempo que tomaba el escote de la otra (que no podemos negar, todos lo que lo vimos, que si se veía mucho chicharrón) y lo subía. Las maneras y la intención con que lo hizo, hasta los comentarios dichos, fueron un tanto gráficas, lo suficientes para llamar demasiado la anteción de lo que estabamos cerca; de hecho, un camarada y yo estabamos precisamente frente a la escena. Claro, no nos lo perdimos; si ellas se dieron cuenta, pues quién sabe y no pareciera que les importara. Mi caramada y yo nos hicimos tontos, hasta que las susodichas se retiran de la escena del crimen; hecho esto, mi cuate hizo una expresión tan similar a la que se escucharía al ver pasar por la playa una chava en tanga en pleno verano.
Inevitablemente, dentro de mí también surgió un sentimiento similar. Aunque no reaccioné como mi camarada, sí reí y tuve que 'concurrir' con él, que lo que acaba de pasar era de un aspecto un tato... digamos, 'exótico'.
Hace algún tiempo una amiga me envió un mail que decía algo como 'las cosas que ellos sueñan que hágamos'. Entre otras cosas, incluía expresiones que los hombres les gustaría escuchar de cualquier chava; un ejemplo podría ser: "Fulano, mete el carro en ese estacionamiento, que quiero fajar". No sé, pero de alguna manera, lo que pasó con estas chavas, lo ligué con ese correo.
Entonces, se convierte no en una fantasía hecha realidad, pero si algo inesperado; al menos como hombre, nos devuelve cierto placer visual. Peor conmigo, que soy tan curioso.
Desgraciadamente para mí, siento que al reaccionar así a cosas como esas, me siento fuera de control de mi mismo. Es como si me hubiera dejado llevar para hacer una tontería y luego me arrepintiera; la borrachera no deseada, el examen tronado ó el comentario hiriente, eso que ocurre sin querer. Pero en el fondo, es mi instinto el que reaccionó; o sea, no lo hice concientemente.
Desde luego, sé perfectamente que las mujeres reaccionan igual en mismas circunstancas. Lo sé, porque la semana pasada pasó algo así. Durante el montaje de otro espectáculo, uno de los chavos participantes, salía sin camisa; resultó que el amigo (que de entrada es carita) tenía cuerpo de modelo de truzas. Las niñas presentes (con o sin novio) no podían evitar, por más que quisieran, mírarlo; mejor aun, no podía dejar de mirarlo.
Lo anterior me lleva a esta conclusión: hombres y mujeres inevitablemente, de vez en cuando, actuamos llevados por el instinto. Hay situaciones que no podemos controlar, porque no occurren con frecuencia ó el instito sobrepasa nuestro carácter. Eso no tiene nada malo, pues sabemos que al final somos animales, más inteligentes, pero animales. Desde luego, la mayoría de las mujeres jamás aceptarán que observan el cuerpo de los hombres o si las asaltan ciertos impulsos 'candéntes'; sobretodo, porque culturalmente está penado. Así pues, hombres y mujeres somos iguales.
No importa, me alegra saber que dentro de nosotros hay cosas aun por descrubrir, controlar... aunque, a veces, los placeres visuales nunca nos caeran mal... ni a hombres, ni a mujeres.
Con respecto al título de mi blog, cabe aclarar algunas cosas antes de comenzar con mi relato. Aunque feno y genotipicamente soy un hombre - hasta lo más recondito de mi ser -, hay muchas cosas comunes a la cultura del hombre que no van conmigo; no es el caso de este blog discutirlas, ni enumerarlas. Sin embargo, hasta donde me conozco (que es bastante), sé que no soy como el común de los hombres. Ahora bien, en el fondo mi instinto masculino de vez en cuando sale y más cuando hay situaciones inesperadas e inevitables.
Y desde ahí parto a lo acaecido hoy. Nos andamos preparando para la presentación de una obra teatro; el director de la obra, a su vez, es maestro de teatro y formalmente imparte clases, obviamente, de teatro. Hoy acomodó el horario del ensayo con su clase de... ¿principiantes? Anyway, el caso es que llegamos los de la compañía al salón y, con nosotros, los alumnos de la clase. Entre los asistentes habían dos chicas: una muy mona, delgadita y de facciones delicadas, de esas chavas que parecen bailarinas de jazz; la otra era una chava que se ve medio aventadona, de buen ánimo y ambiente.
En fin, resulta que después de un 'speach' que se echó el maestro, les pide a los alumnos de su clase se retiren. Estás dos chicas, se encuentran mientras salían y depués de saludarse, la chica mona nota que la otra chava trae muy amplio el escote de la blusa de la otra. "Ay, wey, mira no'mas", ó algo así dijo, al tiempo que tomaba el escote de la otra (que no podemos negar, todos lo que lo vimos, que si se veía mucho chicharrón) y lo subía. Las maneras y la intención con que lo hizo, hasta los comentarios dichos, fueron un tanto gráficas, lo suficientes para llamar demasiado la anteción de lo que estabamos cerca; de hecho, un camarada y yo estabamos precisamente frente a la escena. Claro, no nos lo perdimos; si ellas se dieron cuenta, pues quién sabe y no pareciera que les importara. Mi caramada y yo nos hicimos tontos, hasta que las susodichas se retiran de la escena del crimen; hecho esto, mi cuate hizo una expresión tan similar a la que se escucharía al ver pasar por la playa una chava en tanga en pleno verano.
Inevitablemente, dentro de mí también surgió un sentimiento similar. Aunque no reaccioné como mi camarada, sí reí y tuve que 'concurrir' con él, que lo que acaba de pasar era de un aspecto un tato... digamos, 'exótico'.
Hace algún tiempo una amiga me envió un mail que decía algo como 'las cosas que ellos sueñan que hágamos'. Entre otras cosas, incluía expresiones que los hombres les gustaría escuchar de cualquier chava; un ejemplo podría ser: "Fulano, mete el carro en ese estacionamiento, que quiero fajar". No sé, pero de alguna manera, lo que pasó con estas chavas, lo ligué con ese correo.
Entonces, se convierte no en una fantasía hecha realidad, pero si algo inesperado; al menos como hombre, nos devuelve cierto placer visual. Peor conmigo, que soy tan curioso.
Desgraciadamente para mí, siento que al reaccionar así a cosas como esas, me siento fuera de control de mi mismo. Es como si me hubiera dejado llevar para hacer una tontería y luego me arrepintiera; la borrachera no deseada, el examen tronado ó el comentario hiriente, eso que ocurre sin querer. Pero en el fondo, es mi instinto el que reaccionó; o sea, no lo hice concientemente.
Desde luego, sé perfectamente que las mujeres reaccionan igual en mismas circunstancas. Lo sé, porque la semana pasada pasó algo así. Durante el montaje de otro espectáculo, uno de los chavos participantes, salía sin camisa; resultó que el amigo (que de entrada es carita) tenía cuerpo de modelo de truzas. Las niñas presentes (con o sin novio) no podían evitar, por más que quisieran, mírarlo; mejor aun, no podía dejar de mirarlo.
Lo anterior me lleva a esta conclusión: hombres y mujeres inevitablemente, de vez en cuando, actuamos llevados por el instinto. Hay situaciones que no podemos controlar, porque no occurren con frecuencia ó el instito sobrepasa nuestro carácter. Eso no tiene nada malo, pues sabemos que al final somos animales, más inteligentes, pero animales. Desde luego, la mayoría de las mujeres jamás aceptarán que observan el cuerpo de los hombres o si las asaltan ciertos impulsos 'candéntes'; sobretodo, porque culturalmente está penado. Así pues, hombres y mujeres somos iguales.
No importa, me alegra saber que dentro de nosotros hay cosas aun por descrubrir, controlar... aunque, a veces, los placeres visuales nunca nos caeran mal... ni a hombres, ni a mujeres.
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