¿Recuerdan cómo era el primer día de clases? Sí, el primeritito del nuevo curso, después del verano o de unas vacaciones largas.
Así me sentí hoy al llegar al trabajo.
Recuerdos mis últimos primeros días de clases. O sea, los de prepa. A lo mejor el último (en el que entré a 3 año/5to sem de prepa); recuerdo que llevaba una libreta, mis tres tintas pilot, vestido del uniforme de la escuela y mis botas industriales sin amarrar (¡quiero unas botas que me duren 6 años como esas!). Caminaba sin prisa - cruzando el callejón que separaba la esquina de mi casa y la esquina de la escuela -, entre la emoción de saber qué nueva gente conocería, a la vez de saber que era mi último año en la prepa y vería a la gente con la que quizá estuve el resto del verano (o sea, Randú y el Reyes Cola). Después de ir 5 años a la misma escuela, con la misma gente, las sorpresas no serían abrumadoras.
Así me sentí hoy en el trabajo. Como una docena de rookies en la oficina; las intalaciones de la fabrica las están remodelando. Mi lugar aun intancto: la misma compu, la misma silla (que es imposible que alguien la quiera... lo cual la hace aun más mía), mismo teléfono... era como un altar, sólo le faltaban las velas y una foto mía para terminar el cuadro. El sentimiento fue impresionante; nadie ocupo mi lugar... más bien, el resto de la oficina se dedico a cuidar que quedara como lo dejé y recordarme. Entonces, le platicaban al resto de la gente que el que se sienta (y ojo: "el que se sienta") ahí, andaba de viaje, pero que regresaría; así, cuando los nuevos me vieron llegar y luego todo el mundo hizo comparsa para recibirme, pusieron cara de: "¿Es él?". Fue muy extraño... demasiado, diría yo, incluso demasiado para mi tan necesario ego.
Un día bastante ocupado. Recuperé el Chahuismovil, después de tres meses en el taller; ya los del taller se lo andaban rifando. Lo que sea de cada quien, el carro se ve estupendo, ahora sí, como nuevo; sólo le falta que le arregle un vista; del resto, pues pareciera que nada le hubiera pasado... maravilloso. La verdad, que bueno que se quedó en taller, así le di una preocupación menos a Alex.
En el trabajo llegué a firmar papeles, ponerme al día en los chismes y hacer migas con quién más me conviene, sólo porque me conviene, si no porque mucha gente me cuido mientras estuve en JAX. Eso fue como cuando te topabas a los maestros de vuelta en la escuela, los mismo que te dieron clases toda la secu y la prepa... al menos a la escuela a la que fui, por mucho tiempo vi a los mismos maestros.
Termino los pendientes del lunes y me dispongo a disfrutar lo poco que queda del día... para mí desgracia, sonaraon la salida hace 3 horas y media.
¡Ah!, por cierto... uno sabe que ha viajado demasiado, cuando despiertas y no sabe en dónde diablos estás.
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