Sé de muchas personas que se han ido de Misiones*, pero sólo he estado realmente cerca de una. Calixto Pérez (algunos de ustedes lo recordaran por ser el verdadero dueño del cuardo 102 del IX, no el prefecto). Este amigo se fue de Misiones mientras vivíamos juntos y regreso hambriento, sediento, adolorido, mal dormido y mugroso. "No me bañé en una semana, pero valió la pena la experiencia", declaró. Para que Calixto le valiera no haberse bañando en una semana, déjenme les digo, que de verdad fue LA experiencia.
Bueno, eso no dista mucho de la experiencia de este fin de semana. Pero valió más la pena porque estuve con las personas adecuadas.
Desde hace dos meses las Porras y un servidor habíamos hablado sobre el asunto de ir a acamparar para agarrar buen lugar para el concierto. De hecho, durante la semana la Porrista estuvo mandando correos, para organizarnos y escoger horas para la guardia.
Para no hacerles el cuento muy largo, la dichoso organización valió cacahuate. De repente, la Porrista ya estaba en la fila... desde el viernes a las 11:00 pm. La Porras y su servilleta llegamos a las 3:00 pm para relevarla; yo me quedé de guardia hasta pasadas las 11:00 pm (porque cuando ya nos íbamos, resultó que U2 comenzó a hacer la prueba de sonido).
Esa noche no pude dormir. Uno de los sueños que tuve (producto de preocupación por todo el asunto de agarrar buen lugar) es que llovía - que era parte del pronóstico del tiempo para el domingo - y se inundaba la butaquería que estaría hasta adelante; pero todos estabamos tan emocionados, que nos valía y no sentabamos en la butaquería, donde a cualquiera le llegaba el agua al cuello. En mi sueño vi a estos dos chavos de Puebla, muy buena onda (de los 10 poblanos buena onda que conozco).
Desde las 3 recibía mensajes que me mantenían al pediente del status para entrar al estacionamiento del estadio. Hasta que por fin, a las 4:00 am, recibí la llamada: "¡Ya, lanzate ya al estadio! Ya están entrando". No es que no fuera algo importante, pero mis ojos dijeron: "What?" y se cerraron como 15 minutos más.
Así, a partir de las 4:30 am del domingo hasta las 11:15 pm estuvo en el estadio Tec. Haré una rápida reseña ocurrida en ese lapso de tiempo: toparme con el Majama, toparme a los poblanos buena onda, cambiar mis boletos, tratar de dormir, mentarle la madre (varias veces) a unos juniors que se querían colar, mandar mensajes que no llegaron, marcarme como celero, echarle porras (no a las Porras, ni las Porras) al Potrillo, morir de sueño, frio, calor, hambre y sed, hablar como nunca con Alex, entrar al estadio, compartir la comida y la bebida con todos, dormir como hermanitos Alex y yo, hacer nuevos amigos, mover la melena con "Las Maquinas Secretas", cantar con voz en cuello las rolas de U2, tomar algunas fotos y videos, dejar de brincar porque las piernas y los pies me dolían, salir del estadio, ir por el carro de Alex, ir a cenar con Camarón y Xoch, recoger mi carro, regresar a la casa y dormir. (uff)
'¿Qué te parece, eh?' (diría mi brody). De las cosas sobre salientes, es que nunca estuve tanto tiempo tan cerca de la Porrista y nunca pude siquiera charlar con ella más de 5 min (LOOOOOSER!). Pero estuve charlando como cinco horas con Alex, como nunca en la vida; creo que nos queremos más que ayer, pero menos que mañana (ay no ma... nito). Me di cuenta que Ale (la amiga de la Porrista) es más que una niña bonita... es más, me gustó - pero en esta historia, la Porrista lleva la preferencia todavía. Conocí a Alex (el ex de la Porrista) y después del trato que me dio, sólo me pregunto: ¿por qué cortaron? El tipo la adora, ella lo busca para todo, él es buen mozo y ella preciosa... pues, ¿a dónde se fue el mundo? Ah, y sólo por no dejarlo pasar, me metí una asoleada, marca "EstuveEnLaPlayaDuranteSemanaSantaPeroNoUseBloqueador".
¡Hey! Lo logré, pensé que no podría resumir todo en tan poco. Así, como Calixto, que estaba bien mal pasado en todo (sí, incluso oliendo a chivo) puedo decir que fue LA experiencia.
* Para aquellos que el termino no le es familiar, una "Misión" es cuando un grupo de personas se lanzan a zonas alejadas, a ayudar a una parroquía en particular. Van de casa en casa hablando con las personas de la doctrina católica. Por lo regular, lo hacen en Semana Santa o fin de año.
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