Después del blog de ayer, varios me pregunta: "¿Qué es 'el efecto "dedo" o "champiñon"'?" (Que bueno que no cobran por comillas en este servidor). Bueno, es un efecto bien común, que estoy seguro a todo el mundo le ha pasado en alguna ocasión.
Cuando van a donde sea que se conglomere más de dos a más personas y te dejen a un lado de cualesquiera actividad esté ocurriendo ahí, ahí, ahí está ocurriendo un efecto de estos. (Ah, ¿ya ven que sí lo conocen?)
En esta ocasión, no me referiré a una de las ocasiones en el que me he visto en vuelto (que una de las peores ha sido estar atrapado en un catamarán por unas cuatro horas), si no de una de la veces que no ocurrió y al final fue parte del tema.
Se hayaba el ser más hermoso, inteligente y gracioso de esta era (sí, Chahuistle) en un profundo pensamiento ("Jajajaja... controlo más del 60% del territorio de Los Santos, Muajajajaja"), cuando su noble amigo Pollo, noblemente lo invitó a beber en un lugar cercano... o sea, que fueran por unas cheves al changarro del Omar.
En fin, estos intrepidos compañeros, se lanzaron al lugar. Después de unas burguers, se reunieron con otros dos camaradas a hablar - sobretodo - de las noticias de su grupo de conocidos, de hecho, la charla de ese rato sólo giro alrededor de personas y eventos que Chahuistle desconocía.
Y cuando más 'dedo' se sentía, entonces Omar volteaba y le explicaba de 'pe' a 'pa' el significado de todas las cosas que hablaban. Claro ejemplo de esto, el asunto del caballo libre en la pradera; concepto que se volvió punto de referencia para los demás concurrentes (y los no concurrentes). Así, en dos charlas más, Chahuistle fácilmente pudo incorporarse en la charla .
Al regresar a su morada, Chahuistle le comentaba a Pollo de lo agradable que siempre era asistir a las reuniones de sus camaradas, pues nunca se sentía fuera de contexto. Pollo, entonces, explicó su sentir al respecto: "Eso es lo que yo digo cabrón. ¿Verdad que no soy yo? Porque, mira wey, muchas veces le he dicho a (CENSURADO) que no es que sea un mamón, es sólo que sus amigos nunca me metén en contexto y siempre están en su pedo".
Así, es todos sufrimos de vez en cuando el efecto 'dedo'. Pero que bueno que siempre existen personas atentas que gustan de nuestra compañía y nos situan en medio de la flatulencia.
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