Jamás pensé que asistir a la cita para la visa fuera tan divertido. Los estadounidenses están en todo, qué bárbaros.
Luego, luego llegando nos pusieron a jugar algo así como la perinola. “quítale esto a la solicitud”, “ponle aquello”, “todo está mal”, “todo está bien” y ya cuando eso llegaba, te pasaban a otra fila.
El siguiente juego era definitivamente para adultos. Era una versión como el juego de cartas que hacemos en las fiestas o el juego de la botella, pero sin cartas, ni botella, aquí sueltas prenda a fuerzas, sólo que necesitas ponerlas en una bolsita transparente, como las que se usan en el super para colectar las frutas o las verduras.
Luego de jugar Adivina Qué Estoy Viendo (polecea: “Estoy viendo un encendedor entre sus cosas, por favor salga del edificio, halle qué hacer con el encendedor y vuelva a hacer fila”) te llevan a tomarte la foto del recuerdo. Es increíble, porque la gente que te toma foto está muy entusiasmada de verte; pero son maravillosos actores, porque ocultan la emoción de perpetuar tan gran experiencia para los asistentes.
Ah, eso también. En vez de haber payasos, hay policías estatales. Con ellos también se puede jugar, a parte del juego de Adivina Qué Estoy Viendo. Este es más o menos como el juego de haber quién aguanta más tiempo viéndose, sin parpadear, mezclado con los Encantados y Las Estatuas de Marfil (“A la estatuas de marfil. Uno, dos, tres, así el que se mueva baila twist”). Sólo que ellos se ponen serios, serios… así como con cara de buldog con estreñimiento a la hora de querer defecar (quise usar la palabra dominguera, porque cagar se oye muy mal) y si les hablas te contestan con la primera estupidez que les viene a la cabeza (toc, toc… ¡hola!, ¿hay alguien ahí?); pero si no les gusta cómo les hablas, hacen más su cara de buldog estreñido y te contestan con una pendejada aun peor. O sea, lo que pasa es que al final del día, el que se portó más mamón y puso la peor cara, ese gana. El que haya sido amable es descalificado automáticamente.
Después de la foto, jugamos a las sillas. Sólo que aquí no se quitan las sillas; de hecho, es una mezcla de juego de las sillas y la Víbora de la Mar. Primero te sientas en las últimas sillas, entonces hay un chavo que comienza a hacer la víbora; así todos van cambiando de sillas, pero haciendo la víbora. Innovador el juego, sin duda. Al final de ese juego, te toca jugar Adivina Quién, pero con Verdad o Castigo. Una persona te hace preguntas sobre quién eres y si no le contestas correctamente, o sea, con la verdad, te toca castigo: no visa. Así perdieron como 4 o 5 personas antes que yo. Sí, jugarlo no es fácil; los jugadores contrarios saben lo que hacen y no darán cuartel.
A fin de cuentas, la chava con la que me tocó jugar se portó super bien y hasta pilón me tocó, ¿eh? En vez de esperar 4 semanas por mi visa, me la darán el mismo día; claro, no será una laser, pero me darán una que le llaman ‘visa pasaporte’ (que la diferencia entre estas dos es que por esta última pagas 6 dlls cada vez que pasas al otro lao y llenas un formulario).
En fin, hoy salí con la frente en alto, porque fui niño bien portado y buen jugador. Ahora, por primera vez en la vida, tendré visa para cruzar al otro lao… ahora sí, puedo regresar a Tijuana si pena alguna.
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