El fin de semana me enteré del caso de los hermanos Junco (Alejandro y Rodolfo), propietarios de Grupo Reforma.
Es cierto que es más que obvio que soy lector frecuente de El Norte; pero no por eso voy a defender a sus dueños. Es como si quisiera evitar que metieran a la carcel al dueño de algún restaurante, sólo porque su comida me encanta y me hace sentir bien, siendo el tipo un asesino despiadado. Vamos, eso es estúpido.
Sin embargo, en mi propia defensa puedo decir algo que los mismos señores Junco dijeron y eso es que ‘por las acciones que ellos cometieron hace tantos años – incluso antes que existiera lo que hoy es Grupo Reforma –, se ponga en tela de juicio la veracidad y duro trabajo de los periodistas que ahí laboran’.
O sea, la Editadora debe ser una hija malagradecida, que sangra a sus padres, les da zancadillas cada vez que puede e incluso ha intentado asesinarlos… así ha de ser ella, porque los dueños del negocio que la emplea son así. Entonces, seguramente no es una persona integra y todo lo que escribe son mentiras, y su única y exclusiva intención es destruir a quién le caiga mal o contradiga.
Cualquiera que cree que todos los colaboradores de Grupo Reforma son así, están mal de la cabeza. Ni modo que fuera eso un criterio de selección de la gente. Porque al decir que dado que sus dueños son así, todo lo que se publica es de tintes de desacreditación y destrucción, pues están locos. Por lo menos ayer, buscando información al respecto encontré dos blogs que toman este caso para hablar encontrar de Grupo Reforma; su enfoque es: se puede evidenciar que todo lo publicado en Grupo Reforma sobre el Peje (las encuestas, por ejemplo), las elecciones pasadas y otros eventos relacionados, son mentiras y perjuras, que carecen de valor moral, porque los dueños del periódico son así.
La realidad es que no quiero presentar todo un discurso o debate, por medio del cual profundizar mi opinión acerca que esto, a saber, que la humanidad de los dueños es distinta a la de la gente que emplean. Esto porque conozco gente que labora en Grupo Reforma que aunque no son de izquierda, tampoco son unos fanáticos y mucho menos venden su alma, sólo para darle gusto ‘al jefe’.
Ahora, el “documental” de Cría Cuervos es más bien una entrevista. Interesante sería hacer entrevistas a toda la familia Junco (que no valdría tanto la pena, pues la abuela falleció, y es de quién a fin de cuentas me hubiera gustado escuchar su opinión) y ver cada quién donde se contradice; de ahí, partir a una investigación de fondo, para encontrar la verdad. Pero la opinión de una persona, que en este caso es presentada como victima, sólo por estar perjudicado – de una u otra manera –, no se me hace el mejor periodismo del mundo. Es notable que la entrevista esté hecha para crear simpatía por don Rodolfo y odiar a los hijos… eso es más que obvio.
Pero dejando a un lado eso de que mal periodismo critica a otro periodismo, falta conocer el contexto familiar. Entiendo que la mayoría de la gente de México condena el comportamiento de los hijos de don Rodolfo, porque cualquiera diría que eso ‘no se le hace a un padre’; pero les aseguro que no conocen muy bien mi familia. Y créanme, mi familia (o sea, toda mi familia, no sólo mis Padres y hermano) no es la más común de México; incluso, algunos me dicen que cómo es posible que planee dedicar 3 días al año a mis Padres y hermano, y una semana a viajar con amigos; qué cómo es posible que no frecuente a mis primos y no me lleve con ellos; muchos no pueden creer nunca nos reunamos como familia. La respuesta es simple: así es mi familia; y no es sólo que así sea mi familia, es que así funcionamos. Si pongo mi familia en paralelo con los Junco, podría decir que don Rodolfo no era el más santo de los padres, y ni la abuela, ni los hijos ‘peritas en dulce’. Pero si a usted le parece sorprendente que un par de hijos pudieran (y reafirmo “pudieran”, porque yo no tengo pruebas para decir que así ocurrió) hacer las cosas que hicieron y dijeron sobre su padre… créanme, a mí no me sorprende y mucho menos me sorprendería que don Rodolfo se lo hubiera buscado.
Si el asunto aquí es poner en tela de juicio la credibilidad moral de un ente, por la supuesta falta de moral de sus dueños (en el caso de Grupo Reforma, a pesar de haber ganado credibilidad a través de los periodistas que ahí laboran, y de gente querida y respetada como Germán Dehesa, incluso, gente de izquierda, tan reconocida como José Woldenberg, Carlos Monsivaís y Guadalupe Loaeza, incluso periodistas de la talla de Carmen Aristegui), ¿quieren que crea que los demás dueños de medios – aunque sea la Crónica o la Jornada – son moralmente correctos? En otras palabras: ¿quieren que me trague la historia que hay gente en los medios, lo que incluye a los dueños de ellos, que no tienen razones egoístas que motiven su actuar? ¡Por favor!
Y aquí debería incluir aquella frase de Jesús: “El que esté libre de culpa, lance la primera piedra”… pero como las culpas depende de quién saque la noticia primero, entonces entre los medios se seguirán ‘dando de pedradas’.
Si en las pasadas dos semanas han visto Televisa o TV Azteca (cualquiera de sus noticieros) se han dado cuenta que Casa Saba y General Electric son prácticamente las peores compañías de todo el País (si no es que de todo el mundo - desde su punto de vista) por ser los culpables de que miles de mexicanos mueran a causa de medicinas caras.
ResponderBorrarPUES BIEN, para quienes ya se estaban creyendo ese cuento: la realidad es que NBC-Telemundo (que pertenece a General Electric) quiere entrar al mercado televisivo mexicano con una tercera cadena a nivel nacional. El socio de NBC-Telemundo en México es Casa Saba - que en efecto es una de las principales distribuidoras de medicamentos a nivel nacional pero PARA NADA es la más influyente ni la culpable de los altos precios de las medicinas - si a esas vamos mejor sería atacar a las farmacéuticas (pero ese no es el tema).
El resultado: Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego están demostrando que son igual de corruptos que Carlos Slim. Tienen un monopolio perfecto y no están dispuestos a dejar entrar a la competencia. En fin.
Si revisamos así a los dueños de todos los medios en México, terminamos con una lista de personas con una de dos características: o dudosa reputación, o conflicto de interés por ser dueño de empresas de otros giros.
Grupo Reforma (sin importar si los hijos le robaron la empresa a su papá o no) se mantiene prácticamente como el único grupo editorial independiente en el País. De ahí su valor. ESTOY DE ACUERDO: mantiene una línea editorial (es más azul que amarillo, por ejemplo), PERO de ahí a que los reporteros INVENTEN información o el Grupo en general de pronto sea un medio del cual debamos desconfiar. Pues la verdad, no. Ahora si, debo decir, me pongo la camiseta.
Aclaro que estoy a favor de la crítica y que todos debemos cuestionar a las empresas para las que trabajamos. Sobretodo en un País como el nuestro.
Pero también hay que saber diferenciar cuando un medio tira patadas de ahogado, recicla información y sobretodo, está falto de estándares periodísticos en sus programas y en las mentes de sus dueños.
Esos fueron mis 5 minutos de reflexión.
- La EDITADORA